«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
mientras la Justicia Electoral del país crea un 'Ministerio de la Verdad'

Un grupo de diputados conservadores viaja a Washington para denunciar un «avance dictatorial» en Brasil

Un grupo de diputados brasileños denuncia la avanzada autocrática en Brasil

El 12 de marzo, en un acto de resistencia y denuncia, diputados brasileños, liderados por Eduardo Bolsonaro y Paulo Figueiredo, se desplazaron hasta Washington D.C., Estados Unidos, para exponer las acciones autoritarias que amenazan la democracia en Brasil, perpetradas por el consorcio de poder del Partido de los Trabajadores y el Supremo Tribunal Federal. Entre los participantes, también se destacaron figuras como Marcel van Hattem y el periodista Paulo Figueiredo, víctimas de la persecución política en su país.

El diputado Marcel van Hattem, al pronunciarse frente al Capitolio, enfatizó la importancia de divulgar internacionalmente lo que considera una erosión de la democracia brasileña. «Estamos aquí para mostrar al mundo la verdad sobre Brasil, un país donde la libertad de expresión está bajo ataque y donde las instituciones democráticas están siendo utilizadas para perseguir a los opositores», dijo van Hattem, resaltando la gravedad de la situación. Van Hattem aún afirmó en su discurso replicado en el periódico Gazeta do Povo:

«El número de personas procesadas criminalmente, o debo decir más precisamente, perseguidas, por el juez Moraes y el STF llegan a miles de brasileños actualmente. Algunos de los que están aquí ni siquiera pueden regresar al país. Desde ciudadanos comunes hasta miembros del Parlamento, incluyendo al líder de la oposición, como acaba de mencionar mi colega Gustavo Gayer, periodistas, formadores de opinión e incluso jueces — tenemos aquí una jueza, que también solicitó asilo político en Estados Unidos y está viviendo aquí ahora — de un individuo sin hogar que fue recientemente absuelto por el señor Moraes tras cumplir una larga pena de prisión por estar en el evento del 8 de enero por casualidad», dijo

El parlamentario Eduardo Bolsonaro, por su parte, utilizó la oportunidad para detallar las acciones judiciales y administrativas que, según él, configuran abusos de poder. «Nuestro objetivo es aclarar las sombras que se ciernen sobre Brasil, donde incluso las libertades más básicas están siendo cuestionadas«, afirmó Bolsonaro, mencionando casos de censura y persecución como ejemplos claros de violaciones democráticas.

El diputado también dijo: «Filipe Martins, el consejero internacional del presidente Bolsonaro, fue condenado por un tribunal de excepción en Brasil, porque el debido proceso legal y la amplia defensa ya no existen más en el país». Incluso citó el caso absurdo de que su padre está siendo juzgado por haber «perturbado a una ballena», lo que refuerza aún más la tesis de la persecución política.

Paulo Figueiredo, uno de los periodistas perseguidos, compartió su experiencia personal, ejemplificando la represión vivida por críticos al gobierno. «Mis redes sociales fueron bloqueadas y mi libertad de expresión, cercenada. Todo esto por expresar opiniones que desafían el status quo establecido por el PT y el STF», declaró Figueiredo, evidenciando la intensidad de la persecución política en Brasil. Paulo Figueiredo es un periodista muy popular que ya llegó a estar en programas líderes de audiencia en Brasil y yo denuncia el avance autoritario desde el exilio.

El Ciedde: ¿Lucha Contra la Desinformación o «Ministerio de la Verdad»?

Un día después de las denuncias de autoritarismo en el exterior, el régimen de excepción se amplió con un nuevo organismo del estado. En Brasil, el Tribunal Superior Electoral, bajo la lideraz de Alexandre de Moraes, implementó el Centro Integrado de Enfrentamiento a la Desinformación y Defensa de la Democracia (Ciedde), una iniciativa que ha suscitado controversias. Aunque el objetivo declarado es combatir la desinformación, críticos ven en la acción un paralelo preocupante con el «Ministerio de la Verdad» de Orwell, temiendo una censura velada bajo el manto de la protección electoral.

«El TSE tiene la misión de garantizar la libertad en la elección del elector y de la electora. Y esa libertad ha sido atacada de manera virtual por milicias digitales que, aprovechando noticias fraudulentas, pretenden capturar el voto del lector. El TSE ya estaba en esta lucha y ahora estamos dando un salto más en la eficiencia de este combate…«, habría argumentado Alexandre de Moraes, defendiendo la necesidad del Ciedde frente al escenario de desinformación global. Moraes ha sido el magistrado que más actúa políticamente en Brasil, siempre persiguiendo sectores de la derecha. Un órgano burocrático con tal poder es muy peligroso para estar en manos de un juristócrata que ha abusado sucesivamente del poder.

Ricardo Lewandowski, ministro de la Justicia de Lula, reflexionando sobre la iniciativa, podría haber enfatizado la importancia de un enfoque educativo, además del represivo, en la supuesta lucha contra la desinformación. «Mientras nos centramos en la educación y concienciación, no dudaremos en usar nuestro poder de policía como ´ultima ratio´, y entonces el ministerio de la Justicia será un aliado en eso», comentó, delineando el enfoque dual del órgano. Lewandowski fue magistrado de la Corte Suprema de Brasil. Él fue el juez más fiel a los intereses del Partido de los Trabajadores y actualmente es ministro de justicia del Gobierno Lula.

El viaje de los diputados brasileños a EE.UU. y la creación del Ciedde son capítulos interconectados de la política en la disputa entre más libertad o más censura en Brasil. Mientras los diputados buscan apoyo internacional para denunciar avances autoritarios en Brasil, el TSE, por otro lado, busca limitar el debate público a favor de sus intereses bajo la justificación de estar fortaleciendo las defensas democráticas del país contra la desinformación.

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