«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Esto se tiene que acabar

 

Las aberraciones litúrgicas son el pan nuestro de cada día. La Iglesia tiene al respecto innumerables vías de agua. Y lo peor es que nadie hace nada para cerrarlas. El Blog está siendo muy crítico con la Congregación para los Religiosos pero hay muchas más a quienes incumbe hacer algo y no mirar para otro lado: Culto Divino, Obispos, Clero, Doctrina para la Fe. Y ciertamente también el Santo Padre. Y no me refiero al Papa Francisco porque tanta aberración se produjo también bajo los Pontífices anteriores al actual. Sin que nadie haga nada por corregir tanta profanación, tanto sacrilegio, tanta estupidez.

No se trata de ninguna defensa del modo extraordinario. La Iglesia ha aceptado el ordinario y este Blog jamás ha tenido el menor problema con el mismo. Es, además, al que acude habitualmente, en un 95% de sus misas, y me quedo corto, el responsable de esta página. Pero el modo ordinario de la misa según la Iglesia la ha establecido y no como se le ocurre a cualquier cantamañanas. La creatividad litúrgica es además de un sacrilegio un horror. Incluso estético.

Que los Franciscanos de la Inmaculada sean al parecer lo único que preocupa en Roma y tal vez también la misa tradicional cuando es universal el desmadre hace todavía más preocupante la cuestión.

Las fotografías las tomo de conciliovaticanosecondo.it

 

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