«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Un artículo necesario

Para poner a dos curas en su lugar. A uno en el lugar de la luz y al otro en el de las tinieblas. Justo al contrario del que por algún tiempo pareció el lugar del uno y del otro. 

Qué terrible acusar a un sacerdote de horribles delitos y pecados sin otra prueba que el resentimiento. El calvario que tuvo que pasar el inocente mientras duró la acusación y la sospecha. Hoy, libre ya de todo cargo, por la justicia de la Iglesia y la de los hombres se sentirá aliviado, sin duda, pero ¿quién le hace desaparecer las cicatrices que le han quedado en el alma?

El artículo que os enlazo es ciertamente una compensación. Me parece magnífico por lo que dice y por como lo dice. Pero exige un castigo al culpable de la felonía. Yo también. No sé si la justicia de los hombres pondrá al acusador de falsedades en el lugar que le corresponde. No sé tampoco si el inocente crucificado querrá exigir esa justicia o si preferirá perdonar la infamia que olvidarla le va a ser imposible mientras viva pero quien debería hacer algo es el obispo de ambos. Porque uno de los dos vuelve limpio a su presbiterio pero el otro no merecería estar en él.

Leed el artículo que os enlazo. Dice todo mucho mejor que yo:

http://www.elmundo.es/baleares/2014/09/13/5413fee4e2704e16398b456b.html

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