«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

«La Caram y los Franciscanos de la Inmaculada»

http://infocatolica.com/blog/cura.php/1411030859-la-caram-y-los-franciscanos-d

No sé si es un santo Don Jorge González Guadalix. Pero en el artículo que os enlazo tiene más razón que un santo.

Porque lo de los Franciscanos de la Inmaculada es una vergüenza. No conozco a ninguno de ellos, aceptaría sin el menor problema que la intervención de los mismos estuviera justificadísima, e incluso su desaparición, si nos probaran gravísimos pecados o tremendas irregularides en el instituto. Pero esa persecución por la nada, sin acusaciones de nada, que eso es lo que hay hasta el momento, me parece inaudita, vergonzosa, miserable.

Y más cuando a otros, a muchísimos otros, se les toleran cosas gravísimas sin que Braz de Avís y Carballo, o Matapelo y Chámame Pepe, se den por enterados. Ese doble rasero es imposible de entender en personas que se dicen de Cristo. Porque el mandamiento del amor no es que lo desconozcan, es que hacen irrisión del mismo. No sólo se han cubierto de lodo hasta las cejas, o la peluca, y obsérvese lo caritativo que soy diciendo sólo lodo, sino que además manchan al Papa porque actos tan notorios, tan incomprensibles y tan prolongados de unos subordinados alcanzan, quiéranlo o no, al superior. La responsabilidad de los campos de exterminio nazis o de los gulags soviéticos, no se limitó a los malvados que los dirigían. Hitler y Stalin no lavarán su culpa por los siglos de los siglos. Claro que no son comparables unos hechos y los otros. Ni se me ocurre. Pero el superior, cuando los sucesos pasan a ser notorios, no puede llamarse a andana. La misericordina del Santo Padre, tan simpática y tan evangélica, puede terminar en pura hipocresía cuando no se advierte por ningún lado en algunos casos. O cuando se administra » a según».

Ha pasado un año largo desde la intervención de los Franciscanos y algo menos desde la de las Franciscanas. Y todos seguimos ignorando el motivo. Cabe incluso pensar que no hay ninguno grave ante tan inexplicable silencio y tan prolongada intervención.

Braz de Avís y Carballo han alcanzado cimas de miserabilidad de ocho mil. No digamos ya el Volpi y la Fernanda perdidos en los Himalayas de la indignidad. Los cuatro me importan un comino. Ninguno pasará a la historia de la Iglesia. Me curaré en salud diciendo que salvo que Matapelo llegara a ser el sucesor del Papa actual. Hoy son dos mediocridades si bien ella no se les supone sino que la tienen acreditadísima. En el día doy cuenta de la marcha de los Franciscanos de Olite y ello es sólo un mínimo episodio de la decadencia de una Orden admirable cuya ruina Carballo presidió. Los 23.301 que eran en 1973 apenas eran ya 14.043 a 1 de enero de 2013. En estos casi dos años superarán en poco los 13.000. Responsable directo de esa ruina, por haber sido Ministro General, es el secretario de la Congregación de Religiosos. A quien no supo arreglar su casa le envían a hacerlo en las ajenas. No es de extrañar que todas las barbaridades le parezcan bien y sólo se ensañe con una que al parecer iba por buen camino. Y si no iba, que pudiera ser posible, debería decirnos cuáles eran sus defectos. Ya lo de prohibírles celebrar la misa tradicional me parece un abuso de autoridad como la copa de un pino. No digo de un carballo pues estos, salvo excepciones de muchos años, son árboles de segunda o tercera división. Buenos para leña y poco más.

   

TEMAS |
Fondo newsletter