Pablo VI seƱaló dos fechas fatĆdicas, una para los obispos y otra para los cardenales. Para los primeros el dĆa en el que cumplen 75 aƱos en el que deben presentar al Papa la renuncia de su diócesis o cargo. Entrando a partir de ese dĆa en una interinidad que no saben cuando concluirĆ” y que serĆ” en la fecha en la que el Papa les acepte la renuncia presentada. Caben muchas posibilidades. Desde aquel a quien se le acepta el mismo dĆa en el que la presenta al que cumple 80 aƱos todavĆa en el cargo. El cardenal Amigo ya pasó por ese trance hace cinco aƱos y fue de los de aceptación rĆ”pida pues lleva ya casi cinco aƱos como arzobispo emĆ©rito de Sevilla. Los cardenales tienen ademĆ”s otra fecha nefasta y es Ʊla que hoy le llega a Fray Carlos Amigo. Porque el dĆa en el que cumplen 80 aƱos pierden su condición de electores del Papa asĆ que el cardenal arzobispo emĆ©rito de Sevilla no podrĆ” participar en ningĆŗn Cónclave.Ā
Eso en cuanto a la situación personal de Fray Carlos Amigo que sólo le afecta a él. Pero de rebote también España resulta perjudicada porque pierde un voto en un eventual Cónclave que se pueda celebrar. Al que eligió al Papa Francisco España acudió con cinco votos, situación verdaderamente privilegiada. A partir de hoy sólo tendrÔ cuatro. Pero, ademÔs, con fecha de caducidad muy próxima tres de ellos.
Al cardenal Santos Abril apenas le queda un aƱo y menos de un mes para pasar a la misma situación que la que hoy inaugura el cardenal Amigo. Por mi parte no sólo ni una lĆ”grima ese dĆa, mĆ”s bien una botella de champagne. Al cardenal Rouco algo mĆ”s de plazo pero tampoco mucho. Dos aƱos menos tres dĆas. Y el 29 de abril de 2017, poco mĆ”s de dos aƱos y medio, desaparecerĆ” tambiĆ©n de un eventual Cónclave el cardenal Sistach. Es por taanto muy probable que ninguno de esos tres cardenales participe en el Cónclave que elija al sucesor de Francisco cuando eso se produzca.
No asĆ el cuarto cardenal espaƱol del momento, el cardenal arzobispo preelecto de Valencia, ya sĆ© que tal nomenclatura no existe pero creo que responde bien a la grotesca situación de hoy, que, salvo imprevistos, deberĆ” participar en el Cónclave sucesorio del Papa Francisco pues conserva sus derechos electorales hasta hasta el 15 de octubre de 2025, cuando el hoy Papa estarĆa a punto de cumplir 89 aƱos. Por lo que no es arriesgado suponer fallecimiento o renuncia.Ā
TambiĆ©n, salvo imprevisibles, cabe suponer que en el primer o segundo consistorio que celebre el Papa a partir de ahora tengamos un cardenal nuevo de mĆ”s duración aunque tampoco mucha. Porque el cardenal Osoro tiene ante sĆ algo mĆ”s de diez aƱos y medio de derechos electorales. Y cinco y medio para presentar la renuncia de Madrid. TambiĆ©n llegarĆ” el de Barcelona pero ese no estĆ” ni nombrado. Y todavĆa se demorarĆ” el nombramiento hasta comienzos del aƱo próximo.Por lo que no cabe verle de cardenal hasta 2016 y como pronto, mĆ”s bien en 2017 o 2018. Por lo que pudiera ocurrir que EspaƱa se pasara algĆŗn tiempo con sólo dos cardenales electores: Valencia y Madrid,
ĀæCómo podrĆa aumentar ese nĆŗmero? Pues con Toledo y Sevilla y algĆŗn cargo curial. Toledo se encuentra ya sin el tapón de CaƱizares. Como hay lectores aviesos no estoy diciendo que CaƱizares sea un tapón, aunque lo fuere, sino que taponaba el nombramiento de Don Braulio por aquello de procurar evitar dos votos cardenalicios de una misma sede. Aunque Don Antonio Lasierra nos haya demostrado que tal norma no existe, una prĆ”ctica a lo sumo, y que tal prĆ”ctica tiene y ha tenido numerosas excepciones. Pues hoy Amigo, y el jueves CaƱizares, ya no serĆ”n tapones de Sevilla y de Toledo. Aunque llamar tapón a Fray Carlos sea algo tan desafortunado como haberlo dicho de Don Marcelo o Quiroga Palacios. No favorece, en cambio, a esas dos sedes de tradición cardenalicia que lo sea tambiĆ©n un arzobispo valenciano. VolverĆamos a una situación verdaderamente privilegiada si tuviĆ©ramos cinco cardenales electores: Madrid, Barcelona, Toledo, Sevilla y Valencia. Me temo que despuĆ©s de la experiencia reciente no tengamos ningĆŗn curial. MĆ”s bien nos los devuelven. Tal vez los presentes no sean dĆas de Merrys del Val o Vives y Tutó. Tal vez de Boabdiles. Y tampoco se lancen a achacarme que considero musulmanes a purpurados de nuestra Santa Romana Iglesia. No lo pienso ni del infelicĆsimo Tauran RabadĆ”n. Lo digo simplemente por lo de llorar como mujeres. Y en alguno la lĆ”grima tiene mayor volumen que quien la segrega.
Un testimonio personal. Tengo once nietos, esplĆ©ndidos todos. NicolĆ”s, que es el dĆ©cimo, tiene cuatro aƱos y medio y es listĆsimo, como los demĆ”s. SaldrĆ”n a su abuelo. Si es que si no lo digo yo no me lo dice nadie. Pues hace unos dĆas lloraba desconsoladamente porque no le dĆ”bamos algo que querĆa. Procuramos razonarle los motivos de la negativa y nos salió con esta: Es que a veces, si me pongo a llorar, me dais lo que quiero. Pues Su Menudencia Ā como NicolĆ”s. Si ParĆs bien valĆa una misa, Valencia bien vale mil lĆ”grimas. Que siempre hay alguien que se ablanda. Aunque sean de cocodrilo.
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