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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Ya están despidiendo a Piris

Aunque todavía faltan veinticuatro días para que ese obispo hortera y nefasto de Lérida presente su renuncia al Papa ya le est´n buscando sucesor. Y el primetr candidato que ha llegado a mis oídos es el actual obispo de Ibiza, Don Vicente Juan. un valenciano de cincuenta y nueve años que no lo ha hecho mal en la isla balear.

Caso de que se confirmara el rumor no le arriendo la ganancia a monseñor Juan. Llegaría a una diócesis arrasada y que detenta, con la colaboración de los obispos anteriores, Ciuraneta y Piris sobre todo, unos bienes que no son suyos y que no quiere devolver. La devolución ahora, gracias a la labor de esos dos obispos perroflautas, sería muy impopular allí. Y el obispo quedaría marcado. Piris, que como obispo es pésimo pero que como fenicio no es tonto tenía ante sí su tranquilidad o el séptimo mandamiento. ¿Y ante esa alternativa por qué creen qur opta un fenicio? Pues han acertado.

Si fuera yo amigo de Don Vicente Juan, que no lo soy, sólo una vez en mi vida le saludé en una calle de Osma, aunque evidentemente no está entre los obispos que no me caen bien, le recomendaría que ni loco aceptara Lérida. Donde si hace lo que tiene que hacer le crucificarán y para no hacerlo ya les ha sobrado con Piris. Comprendo que tras nueve años el síndrome de insularidad puede llevar a aceptar cualquier cosa pero en los próximos años van a quedar tantas vacantes episcopales que podrá optar a alguna menos envenenada. Y Lérida lo está.

Será cierto o no lo que se está comentando sobre la sucesión de Piris. A Lérida la han matado, más bien diría rematado pues matar han matado a toda Cataluña, dejándola sin territorio eclesiástico y con unos bienes que no es osado calificar de robados. Si en Solsona no hubiera un mentecato sería la ocasión de unificar ambas diócesis bajo el pastor solsonés. Pero dadas las condiciones de Novell seguramente sería peor el remedio que la enfermedad.

La Iglesia en Cataluña es poseedora de bienes bellísimos. Y muchos que hoy no son propiedad de la Iglesia no pueden ocultar, en los museos que los albergan, su carácter eclesial. Vale la situación de hoy. Nadie discute, aunque pueda lamentarlo, las consecuencias de la desamortización de Mendizábal. E incluso actuaciones torticeras de clérigos ignorantes o aprovechados. Lo de Lérida es mucho más grave. Porque es esa Iglesia, y su obispo, quienes se niegan a devolver lo que no es suyo.

Pues con eso se encontrará el sucesor de un tal Piris a quien, una vez le acepten la renuncia, no le recordará nadie. Un emérito más que entrará en ese espacio nebuloso del que tantos no salen hasta el día en el que se anuncie su muerte. Que de algunos ni se hace salvo en algún medio localísimo. Supongo que ese va a ser el caso de este obispo perroflauta entre los perroflautas.

         

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