Es el titular del último artículo en El Olivo
Mi colega de Blogs Tomás de la Torre hace gala de una notable y encomiable independencia. Dice lo que le parece. Alto y claro. En muchísimas ocasiones coincido sustancialmente con él. Hoy, también.
Estoy convencido de que, por lo menos, por el propio decoro de la emisora de los obispos, una dimisión es obligada. La de quien trajo a la COPE al blasfemo. Porque tal persona es imposible que pueda seguir en la emisora episcopal. Si no tenía ni idea de quien era el blasfemo por inútil y si la tenía por incompatible con una radio católica.
En más dimisiones ya no entro. Los obispos verán si tienen ahí un hatajo de inútiles o no. Pero esperemos que no vuelva a llover sobre mojado. Porque entonces sí que los obispos, o algún obispo, también sobraría.