Y el abbé de Merode, además de su ilustrísima familia, que no hace al caso, era uno de los sacerdotes más notables de la Fraternidad.
http://www.lasapiniere.info/archives/1900
Como ya he indicado alguna vez los cismas se autorreproducen. Y eso está ocurriendo ya entre los seguidores de monseñor Lefebvre. No es noticia que me alegre aunque la tuviera por segura.
No entro a dar la razón a de Merode, a de Cacqueray, me parece haber leído en algún sitio que además eran primos, o a ninguno. En eso no tengo rey que poner o quitar ni señor al que ayudar. Es un problema de la Fraternidad y no mío. Me hubiera encantado una Fraternidad fuerte y unida regresando a Roma. En su periferia, incluso extraperiférica, la cuestión me atañe menos. O casi nada. Así que me limito a constatar como lo que pudo ser una esperanza se va diluyendo.
Y una advertencia a quienes hartos ya del desmadre en la Iglesia católica piensen que la solución está en el lefebvrismo. Ante calentones, que entiendo perfectamente, el remedio no está en el cisma. Es dentro de la Iglesia donde hay que dar la batalla. La huida no lleva a ningún puerto seguro. Más bien a un mañana incierto con no se sabe quién ni dónde.