El obispo de Cádiz, monseñor Zornoza, acaba de dedicar una emblemática iglesia de la ciudad, el oratorio de San Felipe Neri, lugar donde se reunieron las Cortes gaditanas, a la misa tradicional.
Afortunadamente el visceral rechazo de antaño, en el que también estaban incluidos obispos, ha disminuido notablemente y hoy, salvo en algunos perroflautas, este fenómeno, minoritario ciertamente en España, parece que ha dejado de ser un problema.
Ahora dependerá de los gaditanos afectos a la misa por el modo extraordinario no dejar casi vacío tan amplio templo en sus celebraciones.