Jesús Tomás Zárraga, obispo de San Carlos en Venezuela. Naturalmente por el 401.2. ¿Enfermedad u otra causa grave? Pues no lo sabemos. Y no hay derecho a que sobre un enfermo, si lo estuviere, puedan recaer dudas de si se va por otros motivos «graves». Que ninguno de esos motivos suele ser santo. ¿Aprenderán en Roma alguna vez que no es bueno hacer que recaigan dudas sobre la honradez o la honestidad de un obispo? ¿Cuesta tanto hacerlo constar en el Bolletino cuando se anuncia que deja el obispado? Hasta puedo entender que no se entre en detalles de la causa grave si ese fuera el motivo. pero no hay derecho a sembrar la confusión ni la duda. Que está en juego el honor de un sucesor de los Apóstoles.