«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Los jesuitas siguen cerrando casas

Ahora, según me dicen, le toca la vez a Úbeda. Donde surgieron las SAFAs, obra de aquel santo jesuita que fue el P. Villoslada. Enterrado en Úbeda, creo recordar y muerto en olor de santidad. 

Creo que el síntoma que mejor define a la Compañía actual es que hoy no se dice de ningún jesuita, salvo tal vez de alguno muy anciano y muy refractario a la nueva Compañía, que es un santo. No hace tanto tiempo, conocí esos días, era corriente calificar de santo a uno o a varios de los jesuitas de todas ciudades en las que tenían casas. 

No hay jesuitas santos y desaparecen los jesuitas. Tendrá que ver lo uno con lo otro. A mí no me cabe la menor duda.

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