Ésta en Estados Unidos. Ridícula y sacrílega. ¿Quién soy yo para juzgar esas estupideces? Pues simplemente un laico que está hasta los perendengues de tanto cretinismo.
http://www.riposte-catholique.fr/americatho/liturgie/etats-unis-scandaleuse-liturgie-des-rameaux-dans-le-minnesota
Eso es una mamarrachada. Y hay que decirlo. Un cura así, en mi opinión, debería ser puesto, ipso facto, de patitas en la calle. Y su obispo severamente amonestado por tener en su presbiterio acémilas así. Ya en línea ascendente lo que cada uno quiera pensar. Hoy, gracias a internet, esos sucesos están al alcance de muchos. Aunque no sepa hasta qué nivel.
El del Prefecto del Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos lo doy por seguro. Pese a tanto viaje, boda, funeral y bautizo. Pues aquí, mosnseñor Cañizares, no hay culto divino, disciplina y tal vez ni sacramento. Dicen que Su Eminencia se aburre en Roma y que pía por irse. Pero hasta que eso ocurra, si ocurre, algo debería hacer. Más que viajar, casar, funeralizar y esconderse. Más arriba no entro porque muy probablemente al Papa le ocultan semejantes atrocidades. Y si no se las ocultan, también mal.
La renovación del sacrificio de Cristo en la Cruz, aunque incruentamente, no se merece esas payasadas. Ese escarnio de Dios y de su Iglesia. Ni tampoco que esa Iglesia mire para otro lado como si esas asquerosas profanaciones no tuvieran nada que ver con ella. Yo sólo puedo protestar. Con el corazón desgarrado. Y con toda la indignación de que el misterio más sacrosanto de nuestra fe sea así prostituido. Porque es como para pensar que entre prostitutas anda el juego. Y hasta con respeto para con las prostitutas, no pocas de las cuales tienen más respeto a la misa que algunos consagrados. No tengo la menor duda de que las hay que precederán en el Reino de los Cielos a perroflautas como los presentes. Si es que esos perroflautas llegan a ese Reino. Por infinita que sea la misericordia de Dios.