Pues así lo lleva claro. Pienso que Mallorca es una diócesis dejada de la mano de Dios. El obispado de Úbeda, penoso donde los haya, dejó arruinada la diócesis. Hasta extremos difícilmente concebibles. Si quieren hablamos de un clero amancebado, a pelo y a pluma, que no era rara avis en la isla. Y Teodor volando sobre todos ellos con asquerosa complicidad a todo lo peor.
Pasada la nadedad de Murgui, Salinas despertó algunas ilusiones que pronto se desvanecieron. Y la isla sigue mal.
http://www.diariodemallorca.es/part-forana/2014/07/11/300-vecinos-firman-favor-continuidad/946059.html#WvF3GfDNoCClmJGZ
http://ultimahora.es/mallorca/noticias/part-forana/2014/128712/comunicado-coro-parroquial-lloseta.html
Lo malo es que llegados a esos extremos de enfermedad la curación no llega sola. Es necesario emplear medios drásticos. Y para ello, cuanto más debilitado esté el enfermo, peor.