Monseñor Reig Pla, obispo de Alcalá de Henares, por obra, dicen, que del cardenal Cañizares, que, también dicen, actuó de Salomé para lograr la cabeza del Bautista que reclamaba Herodías despechada con aquel cuyo nombre también era Juan, es, siempre en mi opinión, uno de los obispos españoles cum laude. Y, por ello. de los más crucificados en los medios.
No soy capaz de imaginarme, por muchos esfuerzos que pudiera hacer, a Su Menudencia en el baile de los Siete Velos. Ya a Bertone, qué inmenso error de Benedicto XVI, como sátrapa oriental que entrega cabezas con la misma facilidad que nombra obispos salesianos, no me es nada difícil. Pero me estoy yendo a Cañizares, es posible que tenga querencia a tablas, de pino, cuando de quien iba a hablar era de Reig.
Aquel desdichadísimo asunto murciano, en el que sus hermanos le dejaron más solo que la una, apenas don Javier, su metropolitano, tuvo lo que había que tener, terminó, Dios escribe derecho aun con remglones torcidísimos, como aquellos, en un desenlace feliz. Don Juan Antonio está encantado en Alcalá y la diócesis con él. Y además ha conseguido, caso bastante raro en los obispos, que fuera de sus límites diocesanos seamos muchos los entusiasmados con ese obispo sencillo, claro, valiente y próximo. Mientras que con Su Menudencia no saben que hacer en Roma ni a donde mandarlo. Sic transit gloria mundi.
Monseñor Reig habla sin pelos en la lengua. Y dice claramente, de forma que le entienden todos, las verdades de la Iglesia. O simplemente las verdades. Acaba de decir que con el aborto ha habido más víctimas en España que en nuestra Guerra Civil. Lo que es la pura verdad. Muchísimas más. Y eso aun considerando todas las víctimas. Porque no todas se pueden comparar. En el aborto se matan alevosamente, a traición y sobre seguro, a inocentes. En nuestra Guerra unos murieron frente al enemigo, del bando que fuera, otros fueron víctimas inocentes que se producen en toda guerra, algunos fueron ejecutados por haber cometido espantosos crímenes, en el aborto todo abortado es absolutamente inocente.
El obispo de Alcalá no comparó el aborto con nuestra Guerra Civil. Son dos hechos completamente distintos. El aborto abominable y gratuito. La guerra, una consecuencia de situaciones históricas en no pocas ocasiones inevitables. Decir que ha habido más muertos en el aborto, muchísimos más, que en la Guerra Civil, no es comparar acontecimientos sino números.
http://politica.elpais.com/politica/2014/03/06/actualidad/1394124634_176745.html
El próximo invierno podría ser durísimo. Si a Rajoy, que muy probablemente sería en él presidente del Gobierno de España se le ocurriera decir que no había habido invierno más crudo desde el de 1937, aquel en el que cayó Teruel por breves días en poder del Gobierno republicano, no estaría comparando más que temperaturas. Lo demás es buscarle tres pies al gato.
El genocidio del aborto es un espanto que el obispo de Alcalá de Henares pone de manifiesto. Y se ha limitado a decir que ha producido más víctimas que nuestra pasada Guerra Civil. Pura evidencia. Nuestra pasada guerra fue un espanto. Con muchos muertos, Descontados los caídos en combate, en el lado nacional hubo asesinatos, no lo niega nadie. Bastante numerosos desgraciadamente. En el lado republicano fueron asesinatos todos. Pero el obispo de Alcalá no ha entrado para nada en ello. Se ha limitado a decir que ha habido muchos más muertos en el aborto que en nuestra Guerra Civil.
Una vez más Don Juan Antonio Reig Pla no ha dicho más que la pura verdad.