Si es que los sueños, sueños son.
http://www.periodistadigital.com/religion/vaticano/2014/03/04/francisco-corona-situacion-economica-unidad-espana-iglesia-religion-vaticano-papa.shtml
Y la realidad termina imponiendo el batacazo a quienes se empeñan en no vivir en el mundo.
La visita ad limina de los obispos españoles resultó como tenía que resultar. No como algunos la soñaban. Y además con sueños imposibles.
¿Cómo alguien se podía imaginar, ni aun «jarto de vino», que el Papa iba a decirles a los obispos a quién tenían que votar para la presidencia de la Conferencia Episcopal? ¿Para qué estarían los obispos españoles que son quienes libremente deben decidir esa presidencia? ¿O esperar que el Papa desautorizara a todo un espiscopado muy numeroso diciéndoles que lo estaban haciendo muy mal y que ahora tendrían que hacer todo o contrario?
El cardenal Rouco, que acababan de decirnos que había hecho un feo espantoso al Papa en la última reunión de cardenale,s al estar ausente un día o parte de él de la misma, fue, tras el Santo Padre, como era normal, el gran protagonista del encuentro de los obispos españoles con el Papa. Y ante todos los obispos el Pontífice estuvo afectuosísimo con él. Hasta el punto de que la sucesión que todos daban para el verano ya hay incluso quien piensa que podría prorrogarse algunos meses más.
Y vaya «discurso plano» Hasta valorándoles la historia de España. Porque parece que al Pontífice le preocupa la ruptura de su unidad.
También un numerito lo de que el Papa va a recibir a «los obispos de Cataluña». Claro. Y a los de Andalucía. Sin que ello signifique nada más que eso. Que los recibe por provincias eclesiásticas. Aparte la audiencia general a todos ellos. Una es la multitudinaria, a todos los obispos de España, en la que naturalmente están incluidos los catalanes, y luego las parciales, buscando que sean sobre una docena. Y así fueron Burgos y Pamplona, Madrid y Valencia, Tarragona y Barcelona, Sevilla y Granada… Gatos con cuatro patas, las que tienen, aunque algunos se empeñen en buscarles tres pies.
Todo normalísimo. Como tenía que ser. Quienes soñaban otra cosa han tenido un muy mal despertar.