«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Papa se equivocó con D’Escoto

O le equivocaron. Porque el sacerdotw nicaragüense sigue siendo un impresentable.

Recojemos la declaración al respecto del argentino  Instituto de Filosofía Práctica. Que suscribimos.

DECLARACIÓN DEL INSTITUTO DE FILOSOFÍA 

PRÁCTICA ACERCA DEL LEVANTAMIENTO DE UNA 

SUSPENSIÓN A DIVINIS Y EL COMUNISMO. 

 

“El comunismo es intrínsecamente perverso”. 

Pío XI, Divini Redemptoris, 60. 

 

“El anticomunista es un perro”; “El infierno son los otros”. 

Jean Paul Sartre. 

 

I.- 

 

Hace pocos días, el Papa Francisco levantó la suspensión “a 

divinis” que pesaba sobre el sacerdote Miguel D’Escoto Brockmann, a 

solicitud del mismo, alentado por el Nuncio en Nicaragua. El castigo 

había sido impuesto por su antecesor Juan Pablo II, hace treinta años, 

por participar, “en la persecución de católicos durante el primer 

gobierno sandinista”, del cual era canciller. 

 

Como afirma Antonio Valladares, poeta y pintor cubano, quien 

padeció veintidós años en las cárceles políticas de Cuba, “no consta que 

el Padre D’Escoto se haya retractado del apoyo ostensible a la 

dictadura castrista, favoreciendo la esclavitud del pueblo cubano”; 

para dicho sacerdote “lo primero que un cristiano debe ser es 

anticapitalista y antiimperialista” (Francisco, pro-castrismo y 

confusión, wwwNuevoAccion.com, 8/8/2014). 

 

II.- 

 

No demoró mucho el rehabilitado sacerdote en mostrar su actual 

espíritu de “reconciliación”. En primer lugar, criticó el castigo que le 

fuera impuesto: “en realidad, fue un abuso de autoridad y Dios me dio 

la gracia de cargar esto sin ningún rencor”; en segundo lugar, afirmó: 

“Jesús fue el más grande antiimperialista de la historia; fue crucificado 

por ser antiimperialista” (La Prensa, Managua edición digital, 

5/8/2014). 

 

III.- 

 

Pero, como si esto no bastara, el mismo día declaró al Canal 4 de 

Managua: “El Vaticano puede silenciar a todo el mundo, entonces Dios 

hará que las piedras trasmitan su mensaje, pero no hizo eso, escogió al 

más grande latinoamericano de casi todos los tiempos; Fidel Castro”. 

  2

Y no satisfecho del todo en su orgía laudatoria, agregó: “Es a 

través de Fidel Castro que el Espíritu Santo nos transmite el mensaje, 

ese mensaje de Jesús de la necesidad de luchar por establecer el reino 

de Dios en esta tierra que es la alternativa al imperio” (Agencia EFE, 

5/8/2014). 

 

IV.- 

 

Cuando fue castigado hace treinta años, la causa fue su actividad 

política, incompatible con el ejercicio del ministerio sacerdotal. Hoy, 

esa actividad política continúa; demasiado veterano para ser canciller, 

desde el año 2007, participa en el gobierno, pues fue designado por el 

presidente Daniel Ortega, “asesor para asuntos limítrofes y cuestiones 

internacionales”. O sea que lo único que ha cambiado es la edad y 

como consecuencias de ciertas limitaciones, el cargo que se ejerce. 

 

V.- 

 

Han pasado los años, pero como puede advertirse en lo sustancial 

las cosas no han cambiado para este peculiar sacerdote y para nosotros 

tampoco. 

 

En el año 1959, en una pequeña revista, escribía nuestro 

inolvidable amigo José María Wathelet: “continúan los fusilamientos 

en Cuba: más de cuatrocientos de sus hijos han muerto en manos de 

los pelotones homicidas. Y, aunque el tributo es grande, la persecución 

prosigue con la misma saña que el primer día. La sed de venganza, el 

revanchismo mezquino, la ambición incontrolada, el odio ciego, la 

pasión desenfrenada, que se enseñorean en los jefes revolucionarios, 

mantienen la fuerza de la primera hora”. 

 

“Pseudo tribunales, desparramados por toda la isla, juzgan a 

diario a centenares de ciudadanos. Condenan a muerte, encarcelan, 

destierran y, a veces, hasta absuelven. En realidad, no son más que 

dóciles instrumentos destinados a cubrir con la máscara de la legalidad 

los criminales manejos de Castro y sus secuaces”. 

 

“Nuestra prensa mercantil… ha emprendido la apología de los 

verdugos de Cuba, pero los plumíferos de los grandes rotativos no 

logran engañarnos. A pesar del empeño con que nos ocultan la verdad, 

los argentinos vivimos el drama de la gran nación centroamericana. 

Comprendemos que su drama es nuestro drama, que es el drama de 

Hispanoamérica toda” (Hispanoamérica: Cuba, en el Boletín del  3

Centro de Estudios de Belgrano, marzo-abril de 1959, Buenos Aires, 

n°2, p. 9). 

 

Esta barbarie, denunciada con claridad y lucidez por Wathelet, 

se extiende desde hace más de medio siglo. 

 

Si bien Fidel Castro fue comunista en su juventud, en 1961 se 

declaró como “marxista-leninista”, asumiendo esa teoría como 

fundamento de la Revolución Cubana. 

 

Dado el estado clerical de D’Escoto le recordamos las premisas 

de Lenin respecto a la religión: “La base filosófica del marxismo, como 

declararon repetidas veces Marx y Engels, es el materialismo 

dialéctico, que hizo suyas las tradiciones históricas del materialismo 

del siglo XVIII en Francia y de Feuerbach en Alemania, del 

materialismo incondicionalmente ateo y hostil a toda religión… La 

religión es el opio del pueblo… El marxismo considera que todas las 

religiones e iglesias… son órganos de la reacción burguesa llamados a 

defender la explotación y embrutecer a la clase obrera” (Acerca de la 

religión, Progreso, Moscú, ps. 16/7). 

 

VI.- 

 

El comunismo, que engaña a muchos con la “idea de una 

aparente redención”, seguirá siendo nuestro primer enemigo. Porque 

“su doctrina no es sólo social. El ateísmo que lleva en su corazón lo 

afecta con un coeficiente religioso… la doctrina comunista es un 

Evangelio infernal… Por eso se esfuerza en crear la confusión entre los 

católicos mediante su falsificación de la redención de los humildes. 

Transforma la revolución divina en revolución humana y hace del 

hombre nuevo de San Pablo el hombre nuevo del marxismo” (Louis 

Salleron, Monde et Vie, París, nro. 168, 1968, p. 44), 

 

Hace pocos días un tribunal mixto constituido por jueces 

nacionales e internacionales, después de tres años de juicio, condenó en 

Camboya a cadena perpetua a los dos más altos dirigentes vivos del 

régimen comunista que asoló al país entre 1975 y 1979. Se sentenció 

que eran culpables de “exterminio, persecución política, desapariciones 

forzadas”; casi una cuarta parte de la población camboyana, casi dos 

millones de personas fueron asesinadas en los cuatro años que el 

Khmer Rouge detentó el poder. Esos cuatro años transformaron a 

Camboya en “un desierto de la humanidad” (Paolo Samon, Khmer 

rossi, primo ergastolo per due leader, Corriere della Sera, 8/8/2014),  4

 

Donde el comunismo se afianzó en el poder se desencadenaron 

cuántos males voluntarios aquejan a los hombres, lo cual no impide 

que hoy una diputada argentina admire a José Stalin. 

 

VII.- 

 

El comunismo, “abrazó el partido de la humanidad contra los 

hombres”, y los abanderados del odio convirtieron a muchos lugares 

de la tierra en un mundo odioso, bien descripto por Thierry Maulnier: 

“De eso es de lo que he querido arrancarme, de ese mundo en el que la 

mujer debe desconfiar de su marido y el hermano de su hermano. De 

ese mundo en el que un hijo escribe al tribunal que juzga a su padre 

por traición: ‘Pido que mi padre sea condenado a muerte, y le pido que 

le sea leída mi carta’. De ese mundo donde hay que comprar la vida al 

precio del asco de sí mismo”. 

 

Es el mismo escritor francés quien denuncia la inmensa prisión 

en la que se convierten los países dominados por el comunismo: “los 

reyes constructores de Asiria empotraban a sus prisioneros vivos en las 

murallas de sus fortalezas. También vosotros emparedáis a vuestras 

víctimas en el hormigón de vuestros diques, vuestras fábricas, de 

vuestras nuevas ciudades. Me causan horror vuestros diques, vuestras 

fábricas, vuestras nuevas ciudades, con esos miles de ojos abiertos por 

toda la eternidad, que miran a los vivos a través del espesor de los 

muros” (Ambos citados por Charles Moeller, Literatura del siglo XX y 

cristianismo, Gredos, Madrid, T. III, 1962, ps. 447/448). 

 

De todo ello existen pruebas fehacientes, a través de las prácticas 

estalinianas, los gulags, las checas, lo que hoy no niegan ni siquiera los 

propios comunistas. 

 

VIII.- 

 

Retornemos al comienzo de la presente. El sacerdote D’Escoto, 

lleno de odio, blasfemo, impenitente, soberbio, ciego ante la realidad, 

extraviado, fanatizado por la ideología marxista o totalmente loco ¿se 

encuentra en condiciones de celebrar la Santa Misa? ¿No se cometerán 

renovados sacrilegios? 

 

Ya celebró su primera Misa, no en una iglesia o capilla, sino en 

la casa del embajador de Nicaragua en Japón, a quien hace poco, se le 

murió la madre (La Prensa, Managua 9/8/2014). Por otra parte, otra  5

publicación nos suministra una imagen, no se sabe si es de ese Santo 

Sacrificio del sacerdote D’Escoto quien porta, por todo ornamento, 

una guayabera (The Nicaragua Dispatch). 

 

No somos responsables de todo esto porque no es de nuestra 

competencia otorgar licencias, quitarlas, o suspender a nadie. Pero 

como cristianos, manifestamos nuestro temor y se lo haremos llegar 

por las vías correspondientes, a quien tiene la competencia y 

responsabilidad de hacerlo, para que si no está enterado lo sepa. Y 

obre en consecuencia asumiendo esa responsabilidad. 

 

 Buenos Aires, agosto 12 de 2014. 

 

 Juan Vergara del Carril        Bernardino Montejano 

 Secretario                           Presidente 

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