No han acertado los organizadores. Incurriendo en la Eucharistia cena tan de moda hoy. Y además una cena cualquiera. Con pan y vino. Como en cualquier casa. Con una hogaza y vasos de cristal. Y los platos muy destacados para acentuar más el carácter gastronómico. Me parece un craso error y una catequesis equivocada. Mucho más apropiado para recomendar vinos de Ribera que para reflejar el inmenso misterio de la Eucharistía en el que se renueva incruentamente el sacrificio de Cristo en el que el pan es vida y el vino salvación. Porque son su Cuerpo y su Sangre ofrecidos por Él.
Cuando de los monumentos del Jueves Santo está desapareciendo afortunadamente la horterada de la hogaza y la cántara las recuperamos en el cartel que más bien representa la mesa de un restaurante que el altar en el que Cristo se vuelve a inmolar por nuestra salvación.
En mi opinión, que naturalmente es la que manifiesto en el Blog, no es un cartel afortunado.