Un conocido abogado y experto canonista refleja con gran exactitud en mi opinión el descomunal escándalo que se ha montado en Mallorca tras la acusación falsa a un conocido sacerdote de una gravísima conducta en la que tuvo parte otro conocido sacerdote.
Mallorca está en una dificílísima situación tras dos funestos pontificados que la han dejado arrasada. Un pésimo obispo y después un inútil han dejado aquello como un erial. En el que todo es posible. Incluso la calumnia. Que empezó a descubrirse tras dos sopapos bien dados. Hay cosas que un hombre, aunque sea sacerdote, no puede tolerar.
El sacerdote acusado falsamente ha visto su honor resrituido tanto en la instancia civil como en la eclesial. Así lo manifiesta también la posterior declaración del obispo Salinas. Que algunos considerarán demasiado benévola con el cura instigador de la acusación. Parece que ha cesado en la parroquia que regentaba y un canónigo me dice que el cabildo está considerando desposeerle de los cargos que ocupaba para dejarle como capitular de filas.
Aunque mosén Miralles ha sido repuesto en su honor y se ha enterado toda la isla como poco Joan Darder debería pedir perdón públicamente por su actuación. Creo que ha quedado tan tocado que le va a dar vergúenza hasta salir a la calle.