«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Pues va a resultar que tenía razón yo

Llevo casi un año diciendo que la sustitución del arzobispo de Madrid sería en el verano. Pero en el verano de 2014. Frente a todos los que la daban por inmediata desde el mismo día que fue elegido Papa Francisco. El cardenal caía esa misma primavera. Era cuestión de días. Su Iglesia, su carácter, su pastoral estaba en las antípodas del nuevo Papa. Rouco ni iba a cumplir su mandato como presidente de la Cnferencia Episcopal. Y el sucesor estaba contado: Cañizares. Que curiosamente se diferencia poco de Rouco. Apenas en que es algo más bajito. En todo.

Pasó la primavera y, creo que apenas con mi discrepancia, fue voz unánime que del verano no pasaba. Y pasó. Y también el otoño. Tanta profecía incumplida, tantas ganas en algunos, les llevó en su impaciencia a poner ya día del relevo. Muy probablemente antes del 29 de diciembre día en el que Rouco celebraba la misa de la Familia en la plaza de Colón. Aunque pudiera ser que el Papa, que tanto le aborrecía tuviera un detalle con él y le permitiera celebrar esa misa sin la deslucida situación de emérito. Pero en ese caso el relevo seguro sería el 30 o el 31 de diciembre.

Como a mí me llama todas las semanas el Papa Francisco, que no hace nada sin pedirme mi opinión, pues yo estaba segurísimo que no. Y creo recordar que el 1 de enero escribí aquello de uno de nero, dos de febrero, tres de marzo, cuatro de abril, cinco de mayo, seis de junio, siete de julio San Fermín. Y ya estamos en vísperas del tres de marzo. Curiosamente a partir del uno de enero todos los impacientes se han tragado sus impaciencias. Y ya no volvió a hablarse del inmediato relevo. Dando por seguro incluso que cumpliría su cuarto trienio al frente de la Conferencia Episcopal. De lo que también ya estamos es vísperas. Y llegado a esto tengo que pedirperdón a la gran mayoría de mis lectores. De cuya inteligencia no tengo duda. Pero hay algunos que no captan una broma. Vamos, que son como Pichote o Abundio. Pues para evitar que algunos me llamen mentiroso, sintiendo vergüenza ajena y pidiendo de nuevo perdón, absténgase de tirárseme a la yugular por presumir de intimidad con el Papa Francisco. Que no, que no me llama, que es una broma. 

Hoy leo que Juan Rubio, director de Vida Nueva y sin duda una de las personas mejor informadas sobre el acontecer eclesial se ha pasado a mi bando y pospone al verano la mudanza madrileña

http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/5632313/religion/juan-rubio-francisco-no-tiene-prisa-en-jubilar-a-rouco

Con lo que es hasta posible que el cardenal cumpla los 78 años el 20 de agosto en activo y el 28 de julio los veinte años como arzobispo de Madrid. Y en mi opinión, aunque a algunos moleste, como excelente arzobispo de Madrid. Que perfecto tampoco es. 

Tan larga prórroga, tres años o casi, puede tener una consecuencia. Si le sucediera Cañizares, que a mi me parecería un error, aunque no un inmenso error, éste tomaría posesión de Madrid con 69 años o a punto de cumplirlos. Me parecen muchos años para hacerse cargo de la principal diócesis de España. Cuando llegara a conocerla estaría próximo a presentar la renuncia. Y la capital de España no se merece eso. Rouco llegó a ella con 57 años. Cañizares es de 1945 pero es que Braulio Rodríguez es de1944, Osoro y Asenjo del mismo año que Cañizares y del Río de 1947. Por citar a los arzobispos que suenan como sucesores. Cualquiera de ellos, salvo el arzobispo castrense, contando con prórrogas amplias no llegaría a diez años de pontificado. Y del Río no los superaría mucho. ¿Es bueno para la diócesis volver a las quinielas dentro de cinco o seis años?  Y, se quiera o no, son inevitables. Para un pontificado corto yo me quedaba con Don Fidel Herráez que conoce Madrid mejor que el arzobispo. Y que sería muy bien aceptado. Sería un pontificado de transición que mantendría las mejores líneas de su antecesor. Y ya después, en 2021 o 2022 un arzobispo joven. Que igual nos lo nombra en verano u otoño el Papa.   

 

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