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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Sigue el match Infovaticana-Barriocanal

Las trampas de Giménez Barriocanal para sacar dinero de Cope

Ahora la web parece que atribuye a Barriocanal el lucrarse de una importante cantidad mensual, superior a la que cualquier español que perciba el máximo de jubilación de la seguridad social, recibe mensualmente.

No tengo la menor constancia sobre si eso es cierto o no. Sólo sé lo que leo. Y que es cierto que lo leo. También pienso que Infovaticana tendrá la prudencia de no atribuir ingresos inexistentes a quienes no los percibe porque ello sería seguramente perseguible en los tribunales. E incluso el percibidor si lo percibiere y no declarara a Hacienda 30.000 euros complementarios.

Toda esta historia, en la que no tengo rey que poner o quitar, independientemente de la existencia o no de unos hechos, que tienen su importancia, reflejan una situación que me parece penosa. Y que es muy eclesial. La de considerar mucho más enemigos a los próximos que a los que verdaderamente lo son. A los próximos ni el pan ni la sal. A los contrarios mil carantoñas y hasta bajada de pantalones.

Hay gente puesta al frente de chiringuitos eclesiales, que deben el cargo a un dedo no pocas veces ignorante y muchas irresponsable, que inmediatamente pasan a considerarse los amos del mundo y a tratar a coces a propios y extraños. Y en el mejor de los casos a no tratar a nadie desde una majestuosa soledad. Que en más de una ocasión es la soledad de los imbéciles.

Voy a contar un caso personal. Llevo muchísimos años escribiendo de Iglesia. Y conociendo personalmente a mucha gente de Iglesia. Desde capitanes generales a cabos primera. No presumo de nada si digo que en la Iglesia se me lee y unos cuantos me temen. Otros son amigos, incluso algunos muy queridos. Pues jamás de los jamases ningún Secretario de la Conferencia Episcopal se ha dirigido a mí. Simplemete para decirme buenos días. Que no se niegan a nadie. ¿Alguno se podrá quejar después de que no le eche flores? ¿Que incluso tampoco se merecen? Sean gordos o flacos, del norte o del sur, tradicionales o progresistas, a ninguno le he debido ni un saludo. Creo que yo he sido mucho más generoso con ellos. El actual, de momento, se está yendo de rositas. Pero deberle, no le debo nada. Pura gratuidad por mi parte. 

Repito que no tengo ni idea de lo que ocurrió entre Infovaticana y Barriocanal. La primera era una página naciente e ilusionada y el segundo un personaje de peso en la Conferencia Episcopal. Con fama de buen administrador de los dineros. Óptima situación para que uno derrochara un par de amabilidades y la otra se quedara encantada con ellas. Pues un duelo a muerte. No es normal. Cuando con la que está cayendo todos los que en teoría estamos en el mismo barco deberíamos apoyarnos. O por lo menos no agredirnos.

Pero, para ello no basta estar en el mismo barco. Es necesario, además, querer ir al mismo puerto. O por lo menos a puertos próximos. Los que enrutan Casaldáliga, Agrelo y Godayol no son los míos. Por ejemplo. Los de la COPE y la Conferencia Episcopal, con sus dineros bien administrados, deberían serlo. Pero para ello la COPE tiene que cuidar sus programas y el administrador ser eso, un administrador. No el jefe de la banda. Con esto no digo que no sea lo uno y sea lo otro. Sólo que sus esfuerzos tendrían que encaminarse a lo que deben y no a lo que no deberían.

Caben discrepancias en la Iglesia sobre lo que es opcional. Pero sin llegar a las cuchilladas. Traperas o no. Me parece que aquí se está llegando a ellas. Pues que para bien de todos, y sobre todo de la Iglesia, ya que llegamos a este punto, por culpa de quien sea, que conozcamos la verdad. Que es la que nos hace libres y la que merece la pena. Porque la mentira es el mundo de Satanás.  

 

 

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