«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
LA GACETA DE LA SEMANA

Del PP, «ángel custodio» de Sánchez, al circo de Díez y Aldama

Conferencia de Presidentes.

Ángel custodio. Los barones del PP acudieron al Palacio de Pedralbes a regalarle al jefe del PSOE la foto institucional que tanto anhelaba. Sánchez no tiene suerte, más bien parece socorrerle, en sus momentos más comprometidos, un ángel custodio con aspecto de gaviota. Se dirá que lo institucional debe ser siempre respetado, no voy a discutirlo. Sin embargo, es precisamente Pedro quien dedica su obra política, por decirlo de alguna manera, a diluir las instituciones. Y ahí el gracejo de los líderes conservadores, por decirlo también de una manera, acude raudo a salvar al socialismo, ilustre empresa de fontaneros. Cinco horas de reunión, con café y pastas junto al Rey, para charlar de vivienda, inmigración y financiación autonómica, mientras los medios destilan, a diario, nuevos y escabrosos detalles sobre la actividad del núcleo duro sanchista desde aquel viaje en Peugeot, nuestro Granma contemporáneo. VOX clama que esto es una «genuflexión» del PP: hoy posa con el sanchismo y mañana jura combatirlo. José María Figaredo cuestiona por qué le dan al PSOE una postal de normalidad. Por otra parte, el evento ha tenido sus detalles superconstitucionales, como poner a disposición de los presidentes pinganillos con traducción en línea, por si a alguno se le ha olvidado la lengua de Cervantes. Comentaba Alba Vila en La Gaceta que «el mensaje es bastante inequívoco, porque no se trata de comprender, sino de significar. La lengua convertida en herramienta política para una ceremonia que se traduce en gasto público».

Un, dos, tres. La semana, rica en friquismo, nos ha servido «momentazos», que diría un viejo cotilla de la tele. Una tal Leire Díez, supuesta militante de base del PSOE, compareció ante la prensa y España demostró así su invariable excepcionalidad, su querencia al humor barroco. El Novotel madrileño fue donde la mujer, con ínfulas de fontanera de trinchera, se presentó media hora antes de lo previsto, posando ufana ante las cámaras. Llegó a hacerse un selfie, pues todo el mundo, incluso quienes se pasan los días entre escapes y cañerías, tiene derecho a inmortalizarse ante la Historia. Después pasaron varios minutos de monólogo surrealista, sin posibilidad de hacer preguntas. Habló de audios, de la UCO, de conspiraciones y hasta de hidrocarburos, hobbie que parece ocuparle en los ratos libres. Pero el circo alcanzó su apoteosis cuando Víctor de Aldama, comisionista del caso Koldo, irrumpió, para sorpresa del respetable, como un toro desbocado, llamándola «mentirosa y sinvergüenza». Leire, rictus desencajado y ojo con fugas nerviosas, desapareció, quizás por alguna alcantarilla. Mas los recursos narrativos, dignos de Billy Wilder, no terminaron ahí. Un tipo llamado Pérez Dolset, creador años ha del fantástico juego de guerra Commandos y que después pasó por el talego, se enfrentó en plan segurata al impetuoso Aldama, secundario de categoría. Un, dos, tres, el vodevil hispano promete continuar. No podremos decir que nos aburrimos. 

Adivino. Un escalofrío recorrió las entrepiernas del personal cuando en televisión Paco Porras, vidente verdulero, reliquia de los 90, cortó por la mitad un calabacín. Cuchillo en mano, se lanzó así sobre aquella pubescente hortaliza a predecir el porvenir de Pedro Sánchez. Partió la cucurbita pepo y vio en sus entrañas una revuelta callejera, magia negra y hasta una enfermedad cutánea del presidente. «¡Sánchez, maquillado como maniquí, caerá por soberbio!», bramó mientras acusaba al Gobierno de practicar misas negras. Hughes lo escribía así en La Gaceta: «Si en Roma observaban el vuelo de las aves, Porras ha seguido siempre el método adivinatorio del calabacín, tan cerca y tan lejos del pepino. ¿En qué se diferencian? ¿En términos de amargamiento o de adivinación?»

La motosierra y el psicoanálisis. En Argentina, el gobierno de Javier Milei, motosierra libertaria, cortó de cuajo el Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, sanctasanctórum del progresismo feminoide. Y las cifras cantan: las agresiones sexuales a mujeres han caído un 12,8%, los homicidios femeninos un 14,3% y la trata un 35,9% en el primer semestre de 2024. Decían los apóstoles del género que sin su ministerio lloverían calamidades, pero parece endurecer penas y abandonar el wokismo han hecho más por la seguridad de las mujeres que los discursos victimistas, no digamos el entramado de chiringuitos. Ni olvidemos el patrio ejemplo de la ministra Montero y su herencia legislativa sueltavioladores. Milei, «menos relato, más justicia», ha puesto el foco en castigar al agresor, no en financiar cátedras de deconstrucción mental y performances masturbatorias. Las feministas argentinas lloran la pérdida de su totémica burocracia -¿qué desviación sexual, fálica acaso, vería Freud en eso?-, pero los números son tozudos: el Estado adelgazado, que no flácido, funciona.

Viaje con nosotros. La Comisión Europea y sus neuras climáticas alumbran, semana sí, semana también, nuevas criaturas. Estos días ha brotado un reglamento que bendice el cobro del bolso o la cartera en aviones con el fin de reducir las emisiones de CO2, ese fabuloso nutriente para plantas, matojos, árboles, líquenes y todo ser aficionado a la fotosíntesis. Así, las aerolíneas low cost podrán seguir esquilmando a la deprimida clase media, su cliente mayoritario, mientras reducen el gas que da vida y esplendor a los bosques. No bromeo, la masa forestal europea habría crecido con gran alegría en las últimas décadas gracias a las emisiones de CO2. Pero Von der Leyen y su gabinete caligarista no cejan en el empeño de un futuro infeliz, gris y caro para el populacho, tan refractario a viajar en Falcon o a comprar billete con suite privada y jabón Bulgari en Emirates. Por cierto, corre el rumor no confirmado de que podríamos ver en los próximos años asientos verticales. Vaya, como ir de pie, que mejora la circulación y uno no ocupa tanto espacio. 

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