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Baile de cifras en Venezuela: de los 8 millones del chavismo a los 3 de la oposición

Un total de 8.089.320 venezolanos participaron en los comicios el domingo, según el árbitro electoral, con lo que el oficialismo asegura que logró revertir su caída en las urnas desde 2013, aunque este logro, para la oposición, no es más que un «fraude» que se instala en medio de una severa crisis.

El Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció el resultado de estos comicios en los que se eligieron a los miembros de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), que redactarán una nueva Carta Magna, y en los que no participó la alianza opositora Mesa de la Unidad Democrática (MUD) tras tildar de fraudulento el proceso.

Con el oficialismo como único candidato, la apuesta de los opositores fue la abstención lo que se observó en la falta de participación de 58,47 % del padrón electoral, convirtiéndose en la votación nacional con menor respaldo desde 2005, cuando el antichavismo se negó a votar.

Sin embargo, la MUD insiste en que el número «real» de votantes en la Constituyente -vista como un intento del presidente Nicolás Maduro por «consolidar una dictadura» y rechazada por buena parte de la comunidad internacional- se ubica por debajo de los 3 millones.

Para sostener esta teoría la oposición difundió ayer cientos de fotografías y vídeos que mostraban varios centros electorales vacíos en todo el país, imágenes también en sintonía con la posición de la fiscal general, Luisa Ortega Díaz, que asegura que el cambio de Constitución es rechazado por el 90 % de los venezolanos.

El resultado oficial, por su parte, muestra un crecimiento del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) que en la última batalla electoral, las legislativas de 2015, obtuvo 5.622.844 votos, con lo que perdió su histórica mayoría en la Asamblea Nacional (Parlamento).

Además, este viraje pone a Maduro, principal impulsor de la Constituyente, a unos 100.000 votos por encima de los obtenidos por el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) en su última elección en 2012, cuando su liderazgo en Latinoamérica se vio fortalecido en medio de su lucha contra el cáncer.

Semejante impulso de la llamada revolución bolivariana se produce después de dos años de agudizamiento de la crisis económica en los que recrudeció la escasez de alimentos y medicinas, la inflación pasó a 700 %, según cifras del Fondo Monetario Internacional, y aumentó la inseguridad ciudadana.

Tales indicadores, a juicio de la MUD, desmontan la veracidad del resultado ofrecido por el CNE, un poder autónomo que está integrado por cinco autoridades, cuatro de las cuales son afines al Gobierno.

Este organismo, que ha suspendido en dos ocasiones las elecciones de gobernadores, así como un referendo revocatorio presidencial el año pasado, aplicó varios planes de contingencia para llevar a cabo la votación de la Constituyente en medio de la oleada de protestas que sacude a la nación suramericana desde hace cuatro meses.

Las medidas más polémicas fueron la posibilidad de que los electores pudieran votar en cualquier centro del municipio al que pertenecen y la creación de colegios de votación de contingencia en los que serían atendidos cientos de miles de ciudadanos y donde se prohibió la cobertura de los medios de comunicación.

El rector electoral Luis Emilio Rondón, el único del CNE que es crítico con el Gobierno, calificó de «inconstitucional» la contienda por no incluir un referendo previo como ocurrió en 1999 cuando se sancionó la actual Carta Magna.

«Es un proceso sin convocatoria por el Pueblo, que se lleva a cabo con menos auditorías, sin la tinta indeleble, utilizando subregistros electorales, sin respetar la proporcionalidad, la universalidad del voto, ni la personalización del sufragio», sostuvo Rondón en la víspera.

El resultado oficial también pone al chavismo por delante de la oposición, que el pasado 16 de julio organizó un plebiscito con el respaldo del Parlamento y al margen del Gobierno en el que participaron 7,5 millones de venezolanos, según los organizadores.

El reto de estas consultas era exhibir la mayor cantidad de votantes puesto que las fuerzas políticas se midieron por separado primero para repudiar la Constituyente y luego para elegir a sus integrantes.

Con todo, la inminente conformación de una Asamblea Constituyente que tendrá poderes ilimitados está lejos de traer «paz» al país, como lo prometió Maduro, y, en cambio, luce como combustible para el clima de crispación social y político actual que ha dejado 119 muertos, cientos de heridos y cerca de 5.000 detenidos.

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