«También el éxito de la estrategia norcoreana del ‘Byungjin’ ha jugado un papel importante en esta historia», dice Márquez de la Rubia.
El deshielo entre las dos Coreas y la eventual reunión del presidente de EEUU, Donald Trump, con el líder norcoreano, Kim Jong-un, abren paso a «una nueva realidad geopolítica global» e incluso a «una posible salida a la crisis nuclear».
Así opina el teniente coronel Francisco Márquez de la Rubia, analista del Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), en un artículo publicado en Firmas de EFE (https://www.efedocanalisis.com/category/firmas/).
Márquez de la Rubia recuerda en el artículo que el pasado febrero se produjo el primer encuentro de alto nivel, en once años, entre Corea del Sur y Coreadel Norte, en Pyongyang, y eso permitió la participación del país regentado por Kim Jong-un en los Juegos de Invierno celebrados en la ciudad surcoreana de Pyeongchang.
Ha habido signos para favorecer un acercamiento entre las dos Coreas por ambas partes, matiza el analista, para remarcar que los acontecimientos «han sido realmente vertiginosos, desde los nada retóricos tambores de guerra a la diplomacia entre bastidores, pasando por gestos y mensajes grotescos, impropios de mandatarios, para finalizar con la aceptación por parte de Donald Trump de reunirse y dialogar con Kim Jong-un».
A esos hechos se suma «el más estricto cumplimiento por parte de China de las sanciones internacionales contra Pyongyang y la experta labor diplomática del gobierno de Corea del Sur, que han influido en la voluntad de Kim Jong-un para sentarse frente a su homólogo surcoreano», agrega.
«También el éxito de la estrategia norcoreana del ‘Byungjin’ ha jugado un papel importante en esta historia», dice Márquez de la Rubia.
Explica que esa doctrina implica, como primer paso, «garantizar la seguridad nacional y del régimen a través del poderío nuclear, lo que daría al país una posición de fuerza para enfrentarse a la siguiente etapa: el acercamiento diplomático a sus adversarios».
Aún así, esta posibilidad de diálogo no está exenta de dificultades: «Desde Corea del Norte porque no parece seguro que vaya a renunciar a su adquirido estatus de ‘potencia nuclear’. Tampoco Estados Unidos parece dispuesto a retirar sus tropas de Corea, cancelar sus ejercicios militares o levantar las sanciones», escribe el analista.
Y agrega que, además, «Corea del Sur no puede hacer nada que viole las sanciones internacionales, ya que estaría infringiendo la legalidad internacional».
El autor del artículo titulado «Cisnes blancos coreanos» concluye que un «nuevo orden mundial se empieza a gestar en la península de Corea» y «del resultado de este proceso dependerá en gran medida el orden internacional en la próxima década».