«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El testimonio del americano que pasó dos años preso en el infierno norcoreano

Imagen de Kim Jong-un rodeado de militares

El americano nacido en Corea del Sur narra cómo Pyongyang trató de utilizar su arresto para obtener beneficios políticos muy concretos


Kenneth Bae, el pastor protestante norteamericano que permaneció preso en una cárcel de Pyongyang entre 2012 y 2014, ha relatado en una entrevista concedida a la Agencia EFE detalles concretos sobre su experiencia, que revela en gran medida la crueldad del régimen comunista de Corea del Norte.
Así, en la ya citada conversación, el estadounidense narra cómo Pyongyang trató de utilizar su arresto para obtener beneficios políticos muy concretos: ‘El régimen me pidió directamente que le dijera a Washington que enviara al expresidente Clinton (que ya viajó en 2009 para liberar dos periodistas). Cuando vieron que no era posible, me pidieron que viniera una figura de menor rango, como un secretario de Estado’, ha asegurado Bae, quien revela el afán de normalización ante la comunidad internacional que mueve al régimen de Kim Jong-un.
En este sentido, Bae se muestra convencido de que Corea del Norte lo utilizó como moneda de cambio: ‘La razón por la que me quedé tanto tiempo en Corea del Norte es que fui usado como moneda de cambio. Ellos querían algo a cambio de mi libertad’, ha explicado el pastor protestante, quien llegó a ser durante un tiempo el ciudadano estadounidense retenido por más tiempo en el hermético país asiático.
‘Aunque finalmente no lo consiguieran, ellos querían una foto, una imagen del líder (norcoreano) Kim Jong-un con alguien como Clinton para exhibir la influencia del régimen tanto dentro como fuera del país’, ha señalado.

La historia se repite

De acuerdo con él, lo mismo sucede con los tres estadounidenses que se hallan presos hogaño en Pyongyang: el régimen comunista se servirá de ellos en estos meses previos a la esperada cumbre entre el presidente Trump y el líder supremo norcoreano. ‘Ahora mismo es un gran momento para que sean liberados. Además, Trump probablemente lo pida oficialmente durante la cumbre. Y puede que Kim Jong-un, a su vez, esté esperando un momento idóneo para usarlo como muestra de buena fe del régimen’.
En cualquier caso, advierte Bae, hay una pequeña posibilidad de que el desenlace no sea feliz: ‘Por otro lado, si la liberación no se produce estos días y este acercamiento y las cumbres van mal, entonces sus posibilidades cambiarían radicalmente’.
Recordemos que los estadounidenses presos en Pyonyang por motivos estrictamente políticos son tres: Kim Dong-chul (empresario arrestado durante un viaje a Corea del Norte), Kim Sang-duk (profesor en la Universidad de Ciencia y Tecnología de Pyongyang) y Kim Hak-song (docente en la misma universidad que el anterior). Todos ellos tienen en común su procedencia surcoreana y su posterior obtención de la nacionalidad estadounidense.

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