«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
SEÑALA QUE EL PRINCIPAL PROBLEMA ES LA FALTA DE NIÑOS

Elon Musk alerta del peligro de un gobierno mundial: «Todo puede colapsar»

El dueño de Twitter, Elon Musk. Europa Press

«Debo decir una cosa. Sé que esto se llama la Cumbre de Gobernanza Mundial, pero creo que tal vez debería preocuparnos que estemos avanzando hacia un gobierno mundial«, dijo Musk, dirigiéndose a los participantes de la citada cumbre, que se ha celebrado en Dubái del 13 al 15 de este mes.

Musk es una «rara avis» en su reducida casta de multibillonarios globales. El fundador de Tesla y ahora dueño de la red social Twitter ha pasado todo el «cursus honorum» del oligarca global que se precie, empezando por su comercialización del santo grial del ecologismo climático, el coche eléctrico, y siguiendo por sus opiniones hasta hace poco en línea con el progresismo imperante en Davos y alrededores.

Pero Musk parece haber caído del caballo, al menos en parte. Sí, su ilusión está puesta en un proyecto, Neurolink, que quiere entrar en nuestro cerebro para cablearlo, el típico sueño a lo Klaus Schwab que pone los dientes largos a los globalistas «hardcore». Caramba, está doblemente vacunado y ha votado a Joe Biden.

Pero también lleva tiempo predicando a tiempo y a destiempo que el principal problema del planeta es la demografía, pero no en el sentido de sus amigos neomaltusianos de la laya de Gates, que no ven la forma de diezmar la tierra, sino en el contrario: es urgente que nos pongamos a tener hijos. Y, desde luego, predica con el ejemplo: tiene diez hijos.

Se da, asimismo, la circunstancia de que es un fundamentalista de la libertad de expresión, que si unos años atrás era causa fetiche de la progresía, ahora que mandan se ha convertido en la bestia negra. De hecho, ha convertido esta defensa en una verdadera cruzada con su compre de Twitter, que no solo ha «liberado» sino que le ha servido –mediante las ‘Twitter Files’– para denunciar la intromisión del gobierno y las agencias de inteligencia en las redes sociales para controlar el debate público.

Y ahora, oh, ni siquiera es partidario del objetivo último de los que ahora deciden nuestras vidas: el gobierno mundial. Lean, lean: «Si se me permite decirlo, nos interesa evitar un riesgo para la civilización, que no es otro que tener, francamente, –y esto puede sonar un poco extraño–, demasiada cooperación entre gobiernos».

Y lo argumenta: «Si miras la historia y el auge y la caída de las civilizaciones a lo largo de la historia, te das cuenta de que las civilizaciones surgen y desaparecen, pero sin que eso suponga el fin de la humanidad en su conjunto, precisamente porque había otras civilizaciones distintas separadas por grandes distancias».

Pero, ¿qué pasa si solo hay UNA civilización? Pues que completará el ciclo natural de auge y caída, pero cuando caiga no habrá ninguna otra fuera que pueda tomar el relevo. O, como lo expresa Musk, «debemos precavernos contra el exceso de cooperación internacional, porque si somos en exceso una sola civilización… todo puede colapsar». «Suena un poco extraño, pero nos conviene cierta diversidad de civilizaciones de tal manera que si algo sale mal con alguna parte de la civilización, no se venga abajo todo y la humanidad siga avanzando».

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