«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
los islamistas han atacado una quincena de bases militares

Fracaso militar en Nigeria: los yihadistas toman bases y saquean armamento con drones comerciales

Miembros del Ejército de Nigeria durante unas maniobras multinacionales en Volta, Ghana

Estado Islámico en África Occidental (ISWA) ha recuperado su capacidad ofensiva en el noreste de Nigeria, dejando en evidencia a un Ejército superado, desorganizado y atrapado en una estrategia fallida de «supercampamentos«. Mientras el grupo yihadista usa drones armados y tácticas nocturnas, las fuerzas armadas nigerianas pierden territorio, armamento y control. Una vez más, la debilidad de las estructuras estatales, el abandono del mundo rural y la mala gestión de los recursos de Defensa se traducen en caos.

En lo que va de año, los islamistas han atacado una quincena de bases militares, empleando tecnología barata y eficaz: drones comerciales reconvertidos en armas, usados ya no sólo para vigilancia, sino para atacar directamente objetivos estratégicos. Sólo entre abril y mayo, ISWA lanzó ataques coordinados contra varias localidades del estado de Borno, desalojó a brigadas enteras del Ejército nigeriano y se apropió de su arsenal.

El pasado 2 de mayo, en Buni Gari, la brigada 27 fue completamente desalojada. Y el 22 de ese mismo mes, la brigada 19 —la más importante del noreste— fue también atacada. Aunque algunas embestidas fueron repelidas, el patrón es claro: ISWA actúa con más recursos, mejores tácticas y una estrategia perfectamente diseñada.

Las consecuencias de la política de defensa del Gobierno nigeriano son devastadoras. Desde 2019, se ha apostado por concentrar tropas y armamento en grandes infraestructuras militares en capitales regionales, dejando desprotegidas las zonas rurales, donde hoy los yihadistas han establecido su dominio sin oposición.

Este modelo, según el Soufan Center y Critical Threats, ha facilitado los ataques y el saqueo sistemático de armamento, valorado ya en millones de dólares. Las bases están mal defendidas, mal financiadas y expuestas por culpa de la corrupción y la falta de visión estratégica. Los milicianos rodean las instalaciones, vuelan carreteras y puentes, aíslan a los efectivos y golpean por la noche, aprovechando incluso equipos de visión nocturna.

La amenaza se extiende y la respuesta internacional se debilita

A la recuperación militar de ISWA se suma la decadencia de la Fuerza Multinacional Conjunta (MNJTF), creada para combatir el yihadismo en el lago Chad. Níger abandonó la coalición en marzo, y Chad ha amenazado con hacer lo mismo. La estructura de mando es débil y las operaciones, breves e ineficaces.

Mientras tanto, Estado Islámico refuerza su influencia en la región, estableciendo provincias operativas no sólo en Borno, sino también en el estado de Adamawa y en zonas fronterizas de Camerún. El uso sistemático de drones armados, según expertos, podría tener apoyo externo y financiación directa del mando central del Estado Islámico.

Un espejo para Europa

El caso de Nigeria no es un conflicto lejano y ajeno. Es un espejo incómodo para los gobiernos occidentales, como el de Pedro Sánchez, que priorizan la propaganda sobre la preparación real, recortan programas clave mientras presumen de aumentar el gasto en Defensa. Pero si el dinero se pierde entre estructuras ineficientes y mala gestión, el resultado será el mismo: milicias armadas superando a ejércitos estatales y la seguridad nacional completamente expuesta.

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