Persiste la persecución y el genocidio de cristianos en Nigeria, considerado el país más sanguinario con esta religión. En esta ocasión, el sacerdote católico a cargo de la parroquia St. John Quasi de Jimba, el reverendo padre Solomon Atongu, ha sido tiroteado por individuos armados identificados como pastores fulani mientras regresaba a su misión en Naka.
El ataque se produjo en la conflictiva carretera Makurdi-Naka, en el estado de Benue, cuando el clérigo viajaba ayer sábado por la noche junto a otros dos ocupantes. El vehículo sufrió una emboscada y, tras abrir fuego, los atacantes abandonaron al sacerdote creyéndolo muerto. Los otros dos acompañantes fueron secuestrados y trasladados a una zona boscosa cercana.
La intervención de las fuerzas de seguridad resultó crucial. Al llegar al lugar del atentado, hallaron con vida al padre Atongu, gravemente herido y perdiendo sangre a gran velocidad. Fue trasladado de urgencia a un hospital, donde los médicos luchan por estabilizarlo y salvarle la vida.
El portavoz de la Diócesis Católica de Makurdi, el reverendo padre Shima Ukpanya, ha confirmado lo sucedido a través de un comunicado en nombre del obispo Wilfred Chikpa Anagbe. En el mensaje, ha pedido a los fieles unir sus oraciones por la recuperación del sacerdote y se ha encomendado a la intercesión de la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro.
Por el momento, la portavoz oficial de la Policía, la superintendente Catherine Anene, no ha ofrecido declaraciones sobre el incidente ni sobre el estado de los secuestrados.
Este nuevo episodio de violencia se suma a la larga lista de agresiones sistemáticas contra líderes cristianos en Nigeria, un país asolado por el extremismo y el odio religioso, especialmente en las zonas rurales del llamado «cinturón medio».