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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Sobre el nuevo Gobierno mexicano, factores externos (III)

México siempre ha recibido desde su nacimiento como nación e incluso antes, la insidia e intrigas de los intereses angloamericanos masónicos.

En las entregas anteriores hemos analizado el contexto y los factores internos de la elección en México que le abrieron a puerta al peor de los mundos posibles no solo para el país azteca sino para toda Iberoamérica, considerando que México es el país con mayor número de hispanoparlantes del mundo y que tiene una población dentro del país y fuera que ronda los doscientos millones, además de ser el segundo país con más católicos del mundo.
En esta entrega nos avocaremos a ver de qué manera la influencia y mano externa influyó en la elección presidencial mexicana, pero esta injerencia externa no es nueva sino que se ha dado en México durante los últimos doscientos años o quizá un poco más por las razones y de las formas que expondré a continuación.
México tiene una gran riqueza natural y un territorio muy codiciado, en México termina Norteamérica e inicia Hispanoamérica tanto en el sentido geográfico y lingüístico como cultural, por ello siempre ha recibido desde su nacimiento como nación e incluso antes, la insidia e intrigas de los intereses angloamericanos masónicos, especialmente de lo que era la masonería yorquina que predominaba en el continente a finales de la época novohispana.
Estas insidias también venidas de la influencia de la revolución francesa que dejó arrasada a Francia, precipitaron un proceso que se hubiera dado de manera natural, que era el de la separación de España y Nueva España como dos naciones independiente que deberían seguir siendo socias y aliadas, que se necesitan pero cada una determinando su forma de gobierno y ejerciendo el poder de sus nativos sobre sus pobladores, sin embargo este proceso se hizo de manera precipitada y violenta, lo cual dejó también arrasado al país cobrando la vida de miles de manera absurda, este proceso finalmente se concluyó como debería haberse realizado, es decir negociando y sin derramamiento de sangre.
Este proceso aceptado por ambas partes reconoció en 1821 de parte de España la independencia del que se convirtió en imperio católico mexicano, lo cual desató la furia de los intereses masónicos norteamericano que de inmediato intervinieron a través de su plenipotenciario embajador Robert Poinsset para descarrilar esa incipiente nación que no permitirán que se constituyera en un imperio católico que era por entonces el más grande del Continente.
Estados Unidos operó hasta lograr que el Emperador Agustín de Iturbide tuviera que renunciar para que entonces tomaran el poder las logias yorquinas y convirtieran a la nación mexicana de imperio a republica copiando el modelo norteamericano.
Los masones que tomaron el poder se convirtieron en el Partido Liberal que a lo largo del siglo XIX provocó guerras civiles, intervenciones extranjeras, la quiebra de la economía nacional y finalmente la perdida de la soberanía y de la mitad del territorio nacional.
Después a partir de 1876 hasta 1911 el gobierno del General Porfirio Díaz se puso freno a las ambiciones expansionistas e imperialistas norteamericanas en territorio mexicano estrechando relaciones con las potencias europeas para mantener neutralizado lo más posible la injerencia norteamericana hasta que Estados Unidos se hartó de no poder tomar a sus anchas las riqueza mexicana y organizó y financió la primera revolución del siglo XX en el mundo para derrocar a Porfirio Díaz, lo que le costó a México una década de guerra civil y quiebra económica de la cual penosamente comenzó a salir en 1920.
A partir de entonces con mayor o menor impulso, la mano norteamericana ha escrito mucho del destino de México al promover o impedir la llegada de unos u otros actores políticos sin importar la voluntad o interés mexicano.
Muestras clara de esta intervención se dio en 1926 cuando desde el Departamento de Estado norteamericano se ordenó al entonces Presidente mexicano Plutarco Elías Calles emprender una serie de medidas persecutorias conrea la Iglesia para apoderarse de sus bienes, como ya lo había ordenado la masonería norteamericana a la mexicana setenta años antes provocando una guerra civil que ya he mencionado y en ésta ocasión el resultado no fue distinto, provocándose una guerra civil religiosa que se prolongó hasta 1929.
Después vino otra intervención directa de los intereses norteamericanos sobre la política e intereses mexicanos en 1938 cuando siendo Presidente Lázaro Cárdenas, que fue quien abrió la puerta de par en par de México a todos los republicanos que huían derrotados de España, se le ordenó y apoyó para que decretara la expropiación de la industria petrolera mexicana que estaba principalmente en manos inglesas y holandesas a las que se indemnizó y se apropió de sus bienes para ser explotados por el gobierno de México en beneficio principalmente de sus aliados el mayor de los cuales era Estados Unidos.
Ésta medida  no se hubiera tolerado de no beneficiar directamente a los interese norteamericanos, en ese momento la población mexicana veía con simpatía y respeto al Tercer Reich alemán y a su líder Adolf Hitler, lo cual resultaba peligroso para los angloamericanos que ya calentaban motores para provocar el estallido de la Segunda Guerra Mundial para lo cual requerían primordialmente contar con el abasto irrestricto de hidrocarburo mexicano y asegurarse además que el gobierno mexicano no lo ofrecería a Alemania.
En 1940 hubo cambio de gobierno en México y aprovechando la entrada a la guerra de estados unidos en 1941 y estando su atención puesta en el conflicto bélico México logro aprovechar ese periodo y las siguientes décadas de reconstrucción para emprender su modernización, crecimiento y desarrollo el cual nuevamente fue descarrilado desde Estados Unidos cuando éste país decreto en 1971 que las tasas de interés de las deudas contraídas por los países del Tercer Mundo se convirtieran en tasa flotantes, así como desacoplar el patrón oro del dólar y presionar para que el resto de naciones occidentales y que estaban fuera del bloque soviético hicieran lo mismo tomando como patrón de referencia para sus monedas el dólar y eso comenzó una espiral de caída continua del valor de las monedas a la par de un aumento del volumen de las deudas externas por estos mecanismos de tasa de interés flotantes, eso consiguió que México truncara las tres décadas de crecimiento real y sostenido que había tenido.
La puntilla vino con el memorándum de Seguridad Nacional NSM 200 redactado por el infame y perverso Henry Kissinger, que presentó en diciembre de 1974 y en el que se señalan a 13 naciones del mundo como un riesgo para la seguridad nacional norteamericana las cuales requerían una intervención de Estados Unidos para detener lo que ellos identificaban como potencial riesgo.
En la lista de esos 13 países estaba México y a partir de 1975 ese memorándum maldito se convirtió en la política oficial adoptada por Gerald Ford lo que puso a México en la mira de toda clase de operaciones para llevarlo a la quiebra económica lo cual finalmente sucedió en 1982 confirmando lo que había dicho el Asesor de Seguridad Nacional de Carter, Zbigniew Brzezinski​ que Estados Unidos no toleraría un Japón al sur de su frontera.
Con la quiebra del país en 1982 por el aumento de los intereses de las deudas, la caída del precio del petróleo y la especulación financiera y la llegada al poder de una nueva generación de políticos  jóvenes tecnócratas que se habían formado en las universidades norteamericanas y que habían sido adoctrinados para ser funcionarios norteamericanos con pasaporte mexicano, Estados Unidos ya no tuvo que intervenir directa o militarmente en México sino que ahora lo haría a través de adoctrinar a sus dirigentes logro sus objetivos.
En este contexto surge Andrea Manuel López Obrador como una figura contraria a estos tecnócratas neoliberales que han entregado la soberanía y riqueza nacional sin contemplación a los interese norteamericanos, sin embargo López Obrador también representa otra cara de la misma moneda ya que él encarna a esos liberales del siglo XIX que causaron tanto daño al país como lo han hecho los tecnócratas neoliberales en los últimos 40 años.
López Obrador que contendió dos veces previas por la presidencia de México, había sido vetado desde la Casa Blanca ya que no había aceptado implementar la agenda de destrucción y entrega que le exigía la banca internacional con sede en Londres y Nueva York sin embargo gracias a sus lazos con lo peor del aparato de gobierno norteamericano se fue abriendo las puertas y principalmente su desmedida ambición de llegar al poder a cualquier costo, lo hicieron aceptar cualquier condición con tal de poder acceder al gobierno.

Donald Trump

López Obrador desde su primera intentona de llegar a la presidencia entabló lazos cercanos con la parte más izquierdista del Partido Demócrata norteamericano al punto que incluso él fue a Estados Unidos a apoyar la campaña de Obama a la Presidencia en 2008.
En febrero de este 2018 publiqué un artículo titulado La elección por la presidencia de México la definirá el bando ganador en la guerra por el poder en Estados Unidos.
En dicho artículo mencionaba que el poder en Estados Unidos estaba disputándose por dos grupos uno encabezado por George Soros que es el manejador de los fondos Rothschild y en dicho bando estaban los Clinton, Obama, los Bush y en general ese aparato del llamado Complejo Militar Industrial que es el poder que gobierna desde las sombras en la Casa Blanca y que incluye a los halcones que han buscado por años provocar una guerra general con Rusia y China.
Por el otro lado estaba el bando del Presidente Donald Trump que está aliado con el Primer Ministro de Israel Benjamín Netanyahu y además cuenta con el respaldo de los intereses de Rockefeller y que se disputa la hegemonía por el control del imperio tambaleante norteamericano.
Mencionaba además que el resultado de dicho embate definiría quien ocuparía la Presidencia en México, al parecer el bando ganador al menos temporalmente, fue el de Soros – Rothschild, ya que la agenda que intenta implementarlo López Obrador a partir del próximo 1 de diciembre es la agenda de Soros: legalización de las drogas, aborto general en todo México, eutanasia y  amnistía a delincuentes del crimen organizado.
López Obrador, al tomar integra la agenda de George Soros es sin duda porque cuenta con su apoyo y respaldo y para la gente que crea que Soros es de izquierda vale recordar que igual apoya la completa apertura de las economías a través de sus movimientos libertarios como el que representa Gloria Álvarez exigiendo la desaparición prácticamente total del Estado, y por el otro lado apoyando toda la agenda de la izquierda de ideología de género, aborto y legalización de las drogas que ella supuestamente dice combatir, aunque es todo lo contrario.
Es en estos rubros donde se ve claramente el apoyo e influencia de Soros en el plan de gobierno de López Obrador, ya que la que será su Ministra del Interior que en México se llama  Secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero impulsa la agenda de despenalizar el aborto en todo el país, así como la eutanasia y la legalización de las drogas para que el gobierno pase ahora a controlar el negocio desde la siembra, proceso y distribución convirtiéndose así en el mayor cartel de la droga mundial.
Por su parte el Presidente norteamericano Donald Trump no tomó como una derrota la llegada de López Obrador a la Presidencia de México, sino quizá como algo positivo para él ya que lo ve tan incapaz, ignorante y miope en asuntos internacionales, que sin duda se ve como un gato jugando con un ratón. Es claro conociendo a Trump y en vista de todo este largo historial de intervención y manipulación política que ha ejercido el gobierno norteamericano en México como lo he mostrado a lo largo  de este artículo que el presidente norteamericano no dejara actuar libremente a López Obrador y más considerando que en temas muy puntuales llevan políticas totalmente contrarias como es la relativa a la legalización de las drogas y el aborto.
Estados Unidos usará la negociación o renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte como una carta con la que puede doblegar la voluntad del nuevo presidente mexicano, además, como ya mencioné antes, el hecho de que Estados Unidos y Trump, un Presidente contrario a los regímenes comunistas, haya permitido un Presidente mexicano de izquierda, es sin duda porque sabe que aceptó, como lo saben también Soros, sus aliados y sus amos, que López Obrador deberá cumplir con una agenda secreta que es contraía a lo que ofreció en campaña, lo cual le creará una situación de rechazo generalizado hasta por parte de su electorado el cual ya comienza a mostrarse desconcertado, molesto y engañado a tres semanas de la elección, como el candidato por el que votaron no pasa día que no eche abajo alguna promesa de campaña.
Por último es importante mencionar que no solo hubo injerencia norteamericana en la elección mexicana, aunque como ya vimos ésta fue la principal, pero no hay que omitir que también metieron la mano otras fuerzas que ayudaron a lograr que López Obrador se hiciera con el poder y ésta ayuda llegó de las redes que desde Cuba y Venezuela se pusieron a la disposición como asesores y operadores para lograr que la “revolución bolivariana” triunfara en México:
Pero eso no es todo, también en Rusia se cocinaron algunas de las operaciones que más le redituaron al ahora Presidente Electo López Obrador, ya que se logró demostrar que desde Rusia se desplegaron ejércitos enteros de cibernautas ficticios para impulsar en las redes sociales de manera artificial el apoyo a López Obrador y generar en el ánimo general y en las encuestas una tendencia de que López Obrador contaba con el apoyo mayoritario del país cuando no es verdad como, ya lo hemos mostrado en las entregas anteriores de esta serie sobre la reciente elección en México.
México está en el centro de atención de muchos intereses y lo que suceda en este país tendrá una repercusión directa en el resto de Iberoamérica y quizá hasta en Estados Unidos, de eso mismo nos ocuparemos en la última entrega de esta serie en laque abordaremos las perspectivas de lo que se prevé será el nuevo gobierno y cómo afectará fuera de las fronteras mexicanas.
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El nuevo gobierno mexicano: Malas noticias para toda la hispanidad (I)

López Obrador, malas noticias para la hispanidad (II)

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