El presidente libanés, Michel Aoun, afirmó que el primer ministro, Saad Hariri, está «detenido» en Arabia Saudí desde que anunciara su renuncia en Riad el pasado día 4 y calificó esta situación de un «acto hostil» contra su país.
«No hay nada que justifique que Hariri no vuelva después de doce días. Así que lo consideramos detenido y retenido, lo que está en contra del acuerdo de Viena y los derechos humanos», dijo Aoun en una reunión del Consejo Nacional de Información reproducida por medios locales.
La eterna disputa
Líbano no es sino un capítulo más en la guerra eterna por la hegemonía regional entre sunitas y chiítas, las dos ramas mayoritarias del Islam, a través de las dos teocracias que los representan: Arabia Saudí e Irán. Ambos países llevan desde la Guerra Fría enfrentándose a través de sus aliados en Yemen, Siria, Irak y ahora el Líbano, un país devastado por la guerra civil entre 1975 y 1990.
Riad y Teherán no han llegado a un choque directo, pero mantienen una guerra subsidiaria (la conocida como “proxy war” en inglés) en Yemen, donde el primero respalda al presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, y el segundo, a los rebeldes chiíes hutíes.
En su dimisión, el sunita Hariri aprovechó para acusar a Hezbollah, la milicia armada chiíta, de tener el “control” del Gobierno de Beirut y haber organizado una conspiración para asesinarlo. La división política en Líbano es evidente y se ha prolongado durante la última época. El padre de Hariri, Rafic, fue asesinado en 2005y cinco militantes de Hezbollah fueron procesados por ese atentado.
El rey de Arabia Saudí, Salmán bin Abdulaziz, y su hijo y heredero al trono, Mohamed bin Salmán, se han inmerso en una nueva ofensiva contra Irán y sus aliados regionales. La premisa es clara después de que los rebeldes hutíes chiíes de Yemen lanzaran un misil contra Riad: “Responderemos a las acciones hostiles del régimen iraní”.
La dimisión de Hariri, forzada desde el régimen wahabita, busca perjudicar a Hezbollah e indirectamente a Irán para poner en jaque la legitimidad del Gobierno libanés. ¿Significan estas amenazas que la tensión puede conducir a un choque militar? Los expertos no lo creen, pero apuntan a que el enfrentamiento se puede trasladar a otros países.
“No creo que haya una escalada militar en esta Guerra Fría, pero lo que estamos experimentando es un esfuerzo de la Administración estadounidense y de actores regionales como Arabia Saudí para provocar a Irán“, aseguró el director del Centro de Estudios Iraníes de la Universidad de Londres, Arshin Adib-Moghaddam.
Los medios iraníes consideraron esta semana que Arabia Saudí ha abierto un nuevo frente en su guerra por el poder regional con Irán amenazando a Hizbulá, mientras que el influyente editor jefe del diario árabe Rai al Yum, Abdel Bari Atwan, indicó que Riad probablemente está trabajando en una alianza con EEUU, Israel y otros países árabes contra el grupo chií.
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Líbano: próximo capítulo en la eterna guerra entre sunitas y chiítas