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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Merkel y Macron arremeten contra la derecha soberanista en Davos

La canciller alemana, Angela Merkel, junto a su homólogo galo

La canciller alemana, Angela Merkel, ha utilizado el ya manido recurso de comparar a la derecha alternativa con el nazismo


Es habitual que en el Foro de Davos, ese cónclave que concita a los más conspicuos representantes del globalismo, se pronuncien emotivos alegatos en defensa del libre comercio, de la globalización económica y de las organizaciones internacionales. Por ello, no debería sorprendernos que los ‘populismos’ y ‘nacionalismos’, que ponen en cuestión todas esas realidades sobre las que las élites globales cimientan su omnímodo poder, estén siendo el foco de todas las críticas allí emitidas; el diablo al que todos condenan.
Una de las personalidades más vehementes en su crítica a la derecha soberanista ha sido la canciller alemana, Angela Merkel. De esta manera, y ante un público dispuesto a reírle hasta las más burdas bromas, ha utilizado el ya manido recurso de compararla con el nazismo: ‘¿Acaso hemos aprendido las lecciones de la historia? Realmente no. Vemos el populismo en auge, vemos una atmósfera polarizada’.
En esta línea, la mandataria germana ha arremetido contra el proteccionismo encarnado por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump: ‘Desde tiempos del Imperio Romano, desde la Gran Muralla China, sabemos que aislarse no es la vía adecuada para proteger las fronteras de un país. También necesitas buena cooperación con tus vecinos y acuerdos válidos que se respeten’, ha señalado Merkel, que recibe constantes elogios de la prensa desde septiembre de 2015, cuando decidió abrir las puertas de su país a los refugiados.
Asimismo, la canciller alemana se ha referido a las generalizaciones y a los estigmas como realidades que alimentan el ‘populismo’, que no deja de ser sino el término con que el establishment globalista designa todo aquello que le disgusta: ‘No respetar la individualidad de la persona, y tener una visión preconcebida de alguien antes incluso de hablar con él, constituye la verdadera base del populismo’, ha asegurado la líder germana, solemne.
Cuando dices que los norteamericanos son proteccionistas por naturaleza, cuando dices que los alemanes son tacaños, estás generalizando. Lo siguiente es decir que los musulmanes son de este modo y los cristianos de aquél’, ha afirmado Merkel, que parece no reparar en que ella también generaliza cuando arremete contra ‘el populismo’.

Macron, más de lo mismo

En el mismo sentido que Angela Merkel se ha pronunciado el presidente francés, Emmanuel Macron, que no ha dudado en cantar las bondades de la globalización y la progresiva disolución de los estados-nación. En este sentido, ha abundado en la necesidad de reforzar el proceso de integración europea: ‘Si hay países que quieren ser más ambiciosos que otros con el proyecto europeo, avancemos en esa dirección. La puerta siempre estará abierta, pero esa mayor ambición no debe bloquearse’, ha asegurado Macron, que se resiste a reconocer que una mayor integración en la UE es precisamente lo que no desean las sociedades europeas.
Asimismo, el presidente francés ha reflexionado sobre el modo de frenar el auge de los partidos de la derecha soberanista: ‘Si no le puedes asegurar a la gente que la globalización es buena para ellos, habrá nacionalistas y extremistas que quieran deshacerse del sistema. Y ganarán. Y no pasará solo en Francia, pasará en todos los países’.
Quizá habría que empezar por reconocer que la hodierna globalización no está beneficiando a la gente, sino a las élites.

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