El portavoz de Fidesz señala que «no habrá mezquitas en Hungría» porque desde la perspectiva de su propia seguridad «tendrían un impacto negativo».
Gergely Gulyas, vicepresidente del parlamento húngaro y portavoz de Fidesz, ha explicado en una entrevista con una televisión estatal parte de su plan para combatir el terrorismo islamista en Hungría. Señaló que «no habrá mezquitas en el país» porque desde la perspectiva de su propia seguridad «tendrían un impacto negativo».
Asimismo, dijo que «Europa Occidental no ha hecho nada contra el terrorismo islamista» y que, por tanto, los atentados «pueden ocurrir en cualquier momento», y aplaudió al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, por asegurar que «le encantaría» que el terrorista uzbeko que atropelló y mató a ocho personas en Nueva York el pasado 31 de octubre al grito de «Alá es grande» fuera a Guantánamo.
Cabe señalar que el presidente del Parlamento Europeo, Antonio Tajani, aseguró esta semana que convocará al embajador de Hungría ante la Unión Europea para reclamar explicaciones por la campaña lanzada por el Gobierno húngaro «contra los inmigrantes», dijo. Ya había criticado que «todos los hogares en Hungría sigan recibiendo esta propaganda contra los inmigrantes y contra el magnate Soros».
‘Siguen a Soros’
El secretario de Estado de Justicia de Hungría, Pál Völner, ha acusado a la Comisión Europea (CE) de actuar de forma «arrogante» y bajo la influencia del magnate estadounidense George Soros al abrir procesos de infracción contra Budapest.
«En los tres casos relacionados con George Soros, la Comisión es muy sensible y arrogante», aseguró Pál Völner en la televisión pública magiar M1. Aludió así a los procedimientos contra Hungría en los que Bruselas ha dado un mes para que Budapest aclare dudas respecto a sus legislaciones.
Se trata de los procesos por la ley húngara sobre las ONG y sobre la llamada «lex CEU» -una normativa sobre el funcionamiento de academias que afecta únicamente a la prestigiosa Universidad Centroeuropea (CEU) de Budapest-, así como la decisión de proteger sus fronteras y rechazar la acogida de refugiados reubicados en la Unión Europea.
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