«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Organismos internacionales han documentado numerosos episodios de violencia

Se intensifica el genocidio contra los cristianos en Siria: 48 mujeres católicas son martirizadas y asesinadas el domingo de Pentecostés

Cristianos en Siria - Islamistas. LGI / Europa Press

El arzobispo de San Francisco, Salvatore J. Cordileone, ha denunciado este lunes a través de su cuenta oficial en la red social X (antes Twitter) el asesinato masivo de 48 mujeres cristianas en las afueras de Damasco, Siria. Según ha indicado, el hecho habría ocurrido a las cuatro de la madrugada del domingo de Pentecostés, aunque aclara que no ha podido verificar de manera independiente la información, la cual, asegura, proviene de una fuente que considera fidedigna.

“Que el Señor las reciba en su Reino. Que su sacrificio fortalezca la fe. Y que la comunidad internacional defensora de los derechos humanos se pronuncie con firmeza ante estos crímenes”, escribió el prelado en su mensaje, que fue difundido a las 20.20 horas (hora local) del 10 de junio. En su publicación no se detalla quiénes serían los responsables del supuesto ataque ni las circunstancias exactas de lo ocurrido.

Las palabras de Cordileone, cargadas de simbolismo religioso y de indignación moral, se inscriben en una tradición cristiana que interpreta el martirio como una expresión suprema de fidelidad espiritual. La frase “Que su sangre sea semilla de la Iglesia” evoca episodios históricos de persecución religiosa y pretende subrayar el carácter sagrado del sacrificio de estas mujeres.

En pocas horas, la denuncia se viralizó en redes sociales, acumulando decenas de miles de visualizaciones y una avalancha de respuestas. Algunos usuarios han reaccionado con mensajes de condolencia y solidaridad, mientras que otros han exigido que se investigue de forma urgente y que se obtenga una verificación oficial de los hechos denunciados. También ha habido quienes han recordado la larga historia de violencia contra cristianos en la región.

Desde el estallido de la guerra en Siria en 2011, las comunidades cristianas han sido blanco recurrente de grupos armados extremistas. Organismos internacionales y entidades dedicadas a la libertad religiosa han documentado numerosos episodios de violencia, desde secuestros hasta asesinatos y desplazamientos forzosos. El contexto sigue siendo especialmente hostil para las minorías religiosas.

Aunque hasta el momento no se han difundido reportes independientes que confirmen el suceso mencionado por el arzobispo, su testimonio ha contribuido a reavivar la atención sobre la difícil situación de los cristianos en Oriente Medio y ha generado un nuevo llamado a la comunidad internacional para que actúe frente a posibles crímenes de odio por motivos religiosos.

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