“Todas las políticas de inmigración deben servir los intereses del pueblo de los Estados Unidos», ha dicho el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, al anunciar el fin del controvertido programa DACA, o Deferred Action for Childhood Arrivals.
Se trata de un punto crucial del programa de Donald Trump. DACA fue un programa aprobado como orden ejecutiva (sin pasar por el Congreso) por Obama en 2012 por el que se permitía a los hijos de inmigrantes ilegales menores de edad (en realidad, hasta los 31 años) librarse de la deportación y acceder legalmente al mercado de trabajo.
En su día el Partido Republicano denunció la medida como inconstitucional, pero ahora muchos de sus miembros, entre los que destaca, cómo no, Paul Ryan, se dan codazos para salir ante las cámaras suplicando al presidente que no toque el polémico decreto.
Los medios del sistema se llenan estos días de historias lacrimógenas de brillantes estudiantes que verán interrumpidos sus estudios y jóvenes perfectamente integrados con sus vidas destrozadas al tener que volver a su país de origen, México en la abrumadora mayoría de los casos.
El propio ex presidente mexicano, Vicente Fox, intervino en la polémica con un comentario en la red social Twitter en el que increpaba a Trump asegurando que «está usted matando el verdadero sueño americano. DACA es fundamental para el éxito de América, ¿qué sentido tiene abolirlo?». En las respuestas al tuit, son muchos los que se preguntan cómo puede un líder mexicano dejar de alegrarse del regreso de todos esos jóvenes que, si son imprescindibles para el éxito de Estados Unidos, serán seguramente beneficiosos para el desarrollo de México.
Aunque esta iniciativa era esperada desde el primer día del mandato de Trump y se enmarca en su política de frenar y revertir la inmigración ilegal, su aplicación parece más obvia que cualquier otra porque se trata de anular lo que se considera un acción ilegal de Obama.
De hecho, en su comparecencia Sessions citó el testimonio del catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad George Washington, Jonathan Turley, ante el Comité Judicial de la Cámara de Representantes: «Al decretar esta exención sin cualificaciones, el presidente Obama estaba anulando parte de una ley con la que simplemente no estaba de acuerdo… Si un presidente puede actuar con absoluta discrecionalidad para suspender leyes federales clave, todo el proceso legislativo se convierte en poco más que una farsa».
DACA se rescindirá mediante un simple memorándum de la secretaria en funciones del Departamento de Seguridad Nacional, Elaine Duke, y la medida entrará en vigor de forma inmediata. Los actuales beneficiarios del programa no perderán su status privilegiado durante seis meses, pero no se aceptarán nuevas solicitudes a partir de hoy. Quienes ya han solicitado una prórroga de dos años de su situación podrán beneficiarse de ellas, así como cursarlas a aquellos a los que el programa da derecho a dicha prórroga si lo hacen antes del 5 de octubre. Pero todos aquellos que hayan cursado la solicitud perderán la protección del programa si abandonan el país antes de recibir la respuesta de la Administración.
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