El primero, en la frente: «¡El Fiscal General Jeff Sessions ha adoptado una posición MUY débil frente a los delitos de Hillary Clinton crimes (dónde están los E-mails [sic] & el servidor del DNC) & sobre las filtraciones de Inteligencia!».
Los medios llevan días especulando con un distanciamiento entre el presidente y su fiscal general, cuya confirmación en el Senado se recibió en su día como una gran victoria de Trump. Y el inquilino de la Casa Blanca usa ahora su altavoz favorito para dar la razón a sus enemigos de la prensa.
A este tuit le siguió este otro: «Los esfuerzos ucranianos por sabotear la campaña de Trump -«trabajando calladamente para aupar a Clinton». Así que, dónde está la investigación, F.G», y pone en copia al popular presentador de la cadena Fox, Sean Hannity.
La cosa se pone peor enseguida, con una andanada contra el director en funciones del FBI, Andrew McCabe, a quien acusa de corrupto: «¡El problema es que el jefe en funciones del FBI y persona a cargo de la investigación sobre Hillary, Andrew McCabe, aceptó $700.000 de H para su mujer!»
La brecha entre Trump y Sessions se hizo patente cuando el primero reconoció en una entrevista concedida al New York Times la semana pasada que nunca le hubiera nombrado Fiscal General si hubiera sabido que iba a inhibirse en la cuestión de la llamada ‘trama rusa’.
Trama que, por cierto, un grupo de veteranos de inteligencia se ha encargado de desmentir al menos en uno de sus aspectos más específicos: el supuesto ‘hackeo’ a los ordenadores del Comité Nacional Demócrata (DNC). Tras examinar todos los datos disponibles, concluyen que no hubo tal intrusión externa, sino los datos fueron filtrados por una persona con acceso físico a los servidores, y después manipulados para inculpar a Rusia.
Pero, volviendo a la actividad tuitera del presidente, este ha sido un día bastante movido. Dedicó dos más a la derogación del Obamacare que, dijo, «está torturando al pueblo americano». Y la noche anterior la tomó contra Bezos, a cuyo medio, el Washington Post, acusó de convertirse en arma de presión política para impedir que se investigue la posición de monopolio y las exenciones fiscales de Amazon.
El lío en la Administración no puede ser fenomenal, e incluso se rumorea que el secretario de Estado, Rex Tillerson, va contando a los amigos que no cree que dure un año entero en el cargo, según informa Reuters. Según la fuente citada por la agencia de prensa, Tillerson estaría «muy disgustado por carecer de autonomía, independencia y control sobre su propio departamente y la capacidad de hacer este trabajo como se ha hecho tradicionalmente».
Como ‘fin de fiesta’, el ex director de la CIA ha llamado a lo que equivale a un golpe de Estado en el caso de que Trump se deshaga del ‘fiscal especial’ Robert Mueller, que investiga las relaciones del presidente con agentes rusos durante su campaña.
Los altos funcionarios deberían negarse a acatar las órdenes del presidente, ha dicho a Wolf Blitzer, de la CNN, en el curso de Foro de Seguridad de Aspen, si la Casa Blanca trata de despedir a Mueller, algo que considera «inconsistente» con los deberes del Poder Ejecutivo.
«Espero que esto no se convierta en un asunto de partido. Que republicanos y demócratas se den cuenta de que el futuro de este gobierno está en juego y hay que hacer algo por bien del futuro».
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