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PIDEN LA LIBERACIÓN DE LOS REHENES

Una víctima de Hamás a LA GACETA: «Perdí 60 amigos en los ataques. Teníamos que decidir a qué funeral ir»

Michal Rahoom, familiar de víctimas y rehenes de Hamás.

Ziv Abod decidió acudir con su novio, Ilya Cohen, su sobrino y más amigos al Festival Nova el pasado 7 de octubre, el día de la barbarie cometida por los terroristas de Hamás en Israel. Lo que se presentaba como un día de fiesta se convirtió en el más terrorífico de sus vidas.

«Lo primero fue un ataque con bomba, así que tratamos de encontrar una zona segura. En Israel, cuando lanzan cohetes, buscas un refugio. Cogimos el coche hasta llegar a uno. Normalmente uno de estos refugios es para diez personas, pero dentro ese día estábamos 29», detalla Abod en un encuentro organizado por VOX con víctimas y familiares de víctimas de Hamás al que acudió LA GACETA.

A Abod y sus amigos de poco les sirvió llegar al refugio. Dos camiones llenos de terroristas llegaron poco después hasta el habitáculo con el objetivo de matarlos a todos. «Lanzaron más de nueve granadas dentro, mataron a más de la mitad de las personas. Todos los cuerpos cayeron sobre mí, y así es cómo sobreviví al primer ataque«, detalla.

Antes de marcharse, los terroristas se llevaron a cuatro de los supervivientes, entre ellos a su novio, Ilya. «No terminaron ahí. Después del secuestro volvieron y dispararon contra todos los que quedaban vivos en el refugio. Sobrevivimos tres personas de 29«, detalla Abod sin poder contener las lágrimas.

Esta joven pasó seis horas bajo los cadáveres, entre ellos el de su sobrino y la novia de este, haciéndose la muerta. «Cuando desperté vi que todos habían sido asesinados e Ilya no estaba. Me enviaron después fotos suyas dentro de Gaza. Sé que estaba herido porque recuerdo que gritaba antes de que se lo llevaran», recuerda.

«Me sentí traicionada por Sánchez»

Abod forma parte del grupo de familiares de rehenes de Hamás que, junto a European Centre for law and justice y Voice for Fredom han viajado a España desde Israel para trasladar su testimonio a partidos políticos y medios de comunicación. No todos les han recibido de la misma manera.

«Me sentí traicionada por Sánchez«, explica una de las asistentes que prefiere no revelar su nombre. Preguntada por la actitud del presidente del Gobierno en su encuentro con el líder israelí, Benjamin Netanyahu —cuestionó la labor de defensa del Ejército israelí—, y las felicitaciones de Hamás al Gobierno, esta joven cuenta que, cuando el líder del Ejecutivo recibió a varios de los familiares de estas víctimas su respuesta no fue la esperada: «Nosotros fuimos allí a contarle nuestro drama y él no nos dijo nada, y al día siguiente se fue a pedir por el pueblo palestino. Nos planteamos hacerle llegar una carta al embajador porque esto no está bien, sólo por respeto a los familiares. Al final decidimos que no. Él (Sánchez) tendrá que vivir con lo suyo».

«Teníamos que decidir a qué funeral asistir»

Entre los familiares que han viajado hasta Madrid para pedir ayuda para conseguir la liberación de los rehenes, también se encuentra Michal Rahoom, la mejor amiga de Abod, y también de Ilya, todavía hoy secuestrado por Hamás. El 7 de octubre no estaba en el festival Nova, pero el horror le llegó a través de su teléfono móvil. «Me empezaron a llegar vídeos. Primero el de una amiga, estaba en un coche desnuda, destruida, habían roto sus manos y sus piernas, la habían disparado en la cabeza y se la habían llevado a Gaza, así es como supe que la habían asesinado. Después vi otro vídeo de otra amiga, había sido quemada hasta hacer su cara irreconocible, tenía las piernas abiertas y semen en el estómago», relata Rahoom.

Los días que siguieron, cuando ya se había enterado del desgraciado destino de muchos de sus amigos, llegaron los funerales. «Perdí a 60 de mis amigos ese día, tuve que decidir a qué entierro acudir«, detalla.

Liran Berman también tuvo que tomar la misma decisión: «En diez días fui a once funerales, once funerales de gente con la que he crecido, de amigos, de gente que conocía, tres funerales al día«. Todavía hoy, 115 días después de los ataques, sus dos hermanos pequeños siguen secuestrados por Hamás en Kfar Azza.

Ziv y Gali Berman, secuestrados por Hamás.

La mañana del horror pensó que sólo eran las bombas y misiles que Hamás acostumbra a lanzar sobre Israel. No fue hasta que vieron una camioneta de los terroristas dentro de la ciudad de Sderot —a menos de un kilómetro de la frontera con Gaza— que se dieron cuenta de que ese día estaba ocurriendo algo distinto.

«Nos empezaron a llegar mensajes que decían que había disparos dentro del kibutz. Eso era nuevo. Nunca había ocurrido antes. Pronto nos dimos cuenta de que no estaban sólo dentro de Sderot, sino que habían entrado en Kfar Azza. El kibutz es una pequeña comunidad socialista en la que viven unas 800 personas. Entre el sábado y el lunes entraron unos 400 terroristas«, detalla Berman.

Diez días después del secuestro de sus hermanos, los agentes le comunicaron que estaban vivos, pero que estaban retenidos por Hamás. «Absurdamente fue uno de los momentos más felices de mi vida«, cuenta a LA GACETA.

Su familia no tiene noticias de ellos desde hace más de 60 días, cuando supieron que seguían con vida y que tenían heridas leves. «Estamos preocupados por su salud mental y física. Cada minuto que pasa es como un año de tortura para nosotros y cada minuto es crucial. Les necesitamos en casa, necesitamos la ayuda del mundo. Si el mundo y la presión militar de Israel se combinan podemos traerlos de vuelta. Os necesitamos», suplica.

«No van a parar. No es sólo Israel, es un problema del mundo»

Otra de las familiares es Tall Wax. Vive en Israel, donde nació, aunque su familia es española. El 7 de octubre su vida cambió por completo.

«Yo no sabía lo que era una guerra y me ha tocado vivirla ahora, pero puede tocarle a cualquiera», relata Wax. Sus tíos, Keith Aviva Siegel, vivían en un kibutz cercano a Gaza. El día del ataque fueron secuestrados por los terroristas. «No supimos nada hasta que vimos un vídeo en el que aparecían, secuestrados por Hamás. Hasta 51 días después no volvimos a saber nada más, cuando liberaron a mi tía. Hoy sabemos que mi tío está herido, que le han roto costillas, tiene 64 años«.

Tall Wax sujeta una foto de su tío Keith Siegel, secuestrado por Hamás.

Wax sabe en qué circunstancias se encuentra su tío por lo poco que su tía ha querido contarles. «Sabemos que les tienen sin comer, sin beber, sin ducharse, que torturan a rehenes en frente de otros rehenes para que sepan lo que pueden hacer. Violan a niñas, a hombres, porque pueden. Intentan demostrar a cada minuto que son ellos quienes tienen el control». Como el resto de familiares pide la colaboración de España y del resto de naciones para conseguir la liberación de todos los rehenes.

«Son terroristas, no podemos dejar que sigan ni un día más en esas condiciones. No van a parar, no es sólo Israel, es un problema del mundo, estamos pidiendo que nos ayudéis para evitar que esto siga, que esto se expanda, sólo lo podemos conseguir juntos», concluye.

Además del dolor, estas personas comparten que la clave para la desescalada del conflicto es la liberación de los rehenes. Aseguran que el 100% de la población israelí apoya las acciones de la Fuerza de Defensa de Israel en Gaza «hasta que todos los rehenes sean liberados». «Que nuestro Ejército se retirara sin ellos sería como abandonar a 136 personas a las que queremos mucho. Eso no ocurrirá».

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