«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

30 días para devolver el bebé si no te queda bien con la cuna

21 de marzo de 2016

“Y si no le viene bien su embarazo, le devolvemos el dinero”, parece un slogan de unos grandes almacenes en rebajas, pero es lo que ya estamos viendo en nuestros días. Basta con escribir en Google las palabras “gestación subrogada” y aparecen 4 anuncios promocionados (no digo las empresas para no hacer publicidad), es decir, Google ya nos está indicando que aquí hay pasta señores, porque si 4 empresas aparecen con anuncios pagados cuando escribes esas palabras, significa que habrá muchas más pujando por esas posiciones en el buscador. He usado la herra-mienta de Adwords para averiguar el coste aproximado de anunciarse con esas palabras en Goo-gle y me sale un promedio de 3,24€ el clic, eso quiere decir que cada vez que un fulano hace “clic” en un anuncio de “gestación subrogada”, esa empresa que se anuncia para esos 3,24€.

Ni derechos del niño, ni defensa de la maternidad, ni leches. Aquí hay mucha pasta señores, mu-cha mucha pasta, y por eso ahora se movilizará una clá de periodistas, famosos y abogados, para generar una corriente en la opinión publica y que no se vea como algo malo.

Hasta aquí podrás pensar que soy un poco exagerado, pero para demostrar que no cuento algo que me imagine, sino algo que ya está pasando, voy a citar textualmente lo que dice la página de una de las principales empresas que se dedican al rollo este de la gestación subrogada. Repito, cito textual, “SEGURO DE CANCELACIÓN DE PROGRAMA EN CASO DE IMPREVISTOS. A veces se inicia un proceso de gestación subrogada y las condiciones personales cambian durante el proceso. Un despido laboral, la separación de la pareja, una enfermedad grave propia o de un fa-milar (curioso que escriban mal la palabra familiar) cercano, pueden hacernos cambiar de opinión sobre la idoneidad del momento para haber empezado el proceso.”

Es decir, a pecho descubierto y a calzón quitado, esta empresa ya te deja claro que aquí lo impor-tante es la pasta y tu capricho de ser papá o mamá. Que aquí el niño está de prestado, el bebé es el complemento que te puede alegrar la mañana, decorar la mesa en la foto navideña o entrete-nerte los sábados cuando juegue al fútbol con el equipo. ¡Oiga, usted no se preocupe, que si ahora le viene mal el niño, usted se va tranquilamente y ya veremos a quién se lo endosamos!.

Pues esta absoluta locura la ha presentado en la Comunidad de Madrid una diputada de Ciudada-nos que se llama Eva Borox y que es la número tres de ese partido. Y para mayor gloria del show, esta señora ha tenido que dimitir por su supuesta implicación en la Operación Púnica, ¡olé!.

Tener un hijo es un acto de generosidad inmenso, es todo lo contrario a este rollo de la gestación subrogada. Tener un hijo es dar una vida, tener de prestado un ser vivo durante unos años y luego ver como vuela y se aleja del nido. El derecho no es de los padres, el derecho es de los hi-jos a tener su vida. El derecho a la vida no es para el que quiere “tener” esa vida, si no para el que la tiene. ¿Alguien está hablando aquí del niño y de lo que le interesaría a él?.

A toda esta panda de mamarrachos y mamarrachas de género les está haciendo el juego mucha gente que dentro de unos años se van a tirar de los pelos y les veremos decir eso de “yo no sa-bía…yo no quise…me obligaron…”. Se empieza por estos vientres de alquiler, se continúa con estos seguros de “tu tranqui, que si no quieres el bebé, lo abortamos”, y se acaba con “si tu niño no acaba la carrera de derecho te devolvemos el dinero y te ofrecemos un cambio sin coste por una niña con potencial de doctora”.

Nos reímos, jajaja, pero mientras tanto en España hay niños huérfanos de los que nadie se acuerda, hay mujeres con dificultades para ser madres que tienen que arruinarse en tratamientos de fertilidad privados y hay familias que no reciben un euro de ayudas para tener más hijos.

Y para terminar, una frase de El Principito que viene muy a cuento, “los niños han de tener mu-cha tolerancia con los adultos”.

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