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Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

Andy y Lucas, faro político

23 de abril de 2023

Los entrañables y talentosos Andy y Lucas, dúo musical gaditano, y por gaditano doblemente entrañable y talentoso, han levantado la polémica. Se les critica, señal de que han tocado hueso. Diríase que el tuétano del asunto.

Andy y Lucas defendieron haber dado un concierto católico. Se muestran abiertos, además, a actuar en un Orgullo Gay, pero no si es Bildu quien les llama: «Si me llama Bildu no voy, son etarras y han matado gente». Lo dijo Lucas, y la naturaleza del dúo hace que entendamos que al decirlo Lucas lo dijo también Andy.

Esto, por supuesto, ha sido muy criticado porque reestablece la relación: terror-ETA-Bildu. ¿Por qué no? Si para ellos (los otros), todo es franquismo, el franquismo se extiende décadas y décadas, ¿por qué no va a hacerlo la ETA, que además tiene un brazo político bien rastreable?

Andy y Lucas nos recuerdan la trazabilidad de ETA y hacen dos cosas. En primer lugar definen elásticamente una mayoría social que va desde el catolicismo hasta el Orgullo. En Andy y Lucas parecen, además, precisados. Admiten con orgullo tocar en conciertos católicos, es decir, un catolicismo popular, festivo y organizado que sale a la calle, que es mucho más que el catolicismo íntimo puertas adentro. También quieren cantar para los gais del Orgullo, que tampoco es exactamente lo mismo que la plena militancia LGTBIQ en todas sus mayúsculas. El Orgullo se vive ya en España como otra fiesta, como romería urbana con una relajada tolerancia. Una excusa más para salir. El Orgullo no es exactamente la doctrina del colectivo como un encuentro abigarrado y carnavalero.

El espectro Andy y Lucas, ¿no es el de una mayoría de españoles? Sin complejos con lo católico, y sin vetos en lo sexual, haciendo pesar en el Orgullo más la tolerancia comprensiva y empática (un poco todos alguna vez…), que la objeción intelectual a la doctrina LGTBI en todos sus extremos.

Este espectro social y de costumbres que ahora es España, para bien o para mal, ellos lo refuerzan con su veto particular: no a ETA, entendida ETA como lo que va después de ETA y ya no lo es en el relato oficial.

Al hacerlo así, Andy y Lucas precisan más su espectro: no al giro postzapaterino, no al pacto callado del 78 con ETA; no a sus objetivos, no a la homologación democrática de Bildu (serán legalizados, pero no normalizados); no a los términos de la Paz vasca oficial. Andy Y Lucas se saltan todas esas trampas conceptuales y definen un polo político: lo antiETA.   

En la segunda mitad del siglo XX, en Estados Unidos, la derecha alcanzó una exitosa definición política que acabaría en Reagan y su gobierno. Se le llamó fusionismo a esa mezcla de liberalismo, conservadurismo y un tercer ingrediente que servía para juntar los otros dos: el anticomunismo (eran tiempos de Guerra Fría). El anticomunismo servía como pegamento, pero daba algo más al definir al enemigo, clave de la política. Al definir un enemigo común, ese conjunto de ideas a veces contradictorias sobre economía o moral ya podía tener un sentido político y un vector bien definidos.

La ETA de Andy y Lucas, entendida como hacen ellos, negándose al olvido, establece el enemigo interno que da sentido a la política española, también límites y un criterio infalible: cabe todo si en antiETA. 

Faltaría la definición del enemigo externo, y ahí habría mucho que decir (el tema de nuestros días). ¿Es el ‘comunismo’ o ‘fascismo’, según las voces, de Putin o son las élites globales que nos esclavizarán? Al definir el enemigo se define también el bien a proteger: España y su/nuestra libertad.

Pero Andy y Lucas, genios del Tanto la quería (a España también), ya han hecho mucho definiendo un arco moral que se hace plenamente político con el vector antiETA. Lo antiETA como amalgama que junta y moldea una gran fusión católica-liberal.

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