«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
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Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.
Escritora y artista hispano-francesa. Nacida en La Habana, Cuba, 1959. Caballero de las Artes y Letras en Francia, Medalla Vérmeil de la Ciudad de París. Fundadora de ZoePost.com y de Fundación Libertad de Prensa. Fundadora y Voz Delegada del MRLM. Ha recibido numerosos reconocimientos literarios y por su defensa de los Derechos Humanos.

Arte y vida

16 de octubre de 2022

Desde hace algunos meses, los militantes, activistas, o como se les llame a estos engendros de la estupidez sectaria de lo de salvar al planeta —que ya mejor que se fuera de una vez a la mierda si con esta gentuza tendremos que lidiar en lo adelante—, se dedican a atacar obras de arte con el propósito de dañarlas y destruirlas, en nombre de su sectarismo pachamamerto. La justificación de pacotilla que dan es la de que, cómo se puede apreciar el arte, o sea, la belleza, si no se respeta la naturaleza ¡vaya memez ignorante e insensible de estos sensibleros de la izquierducha más retrasada mental y sentimentaloide que se haya conocido jamás.

La agresión más reciente ha sido contra la pintura titulada ‘Girasoles’ de Vincent van Gogh, mostrada en la National Gallery de Londres. Dos andróginos, uno con el pelo pintado de rosado, lanzaron sopa de tomate o de lo que haya sido, contra una de las obras más simbólica de este pintor, con el fin de que se hablara de ellos y obtener así sus 15 minutos de fama. El cuadro ni se enteró, porque está protegido con un cristal, aunque consiguieron dañar levemente el marco, pero la acción es lo que les cuenta a estos energúmenos; y la acción, desde luego, da mucha ira. Luego pegaron sus manos con superglú a la pared, y ya, se sintieron héroes, mientras gritaban no sé qué mamarrachada. Qué pena que al retirarlos de allí a la fuerza, sus manos no se desprendieron de sus cuerpos y quedaran mancos para siempre.

La generación del superglú y el pachamamismo va así, de terroristas, con su incultura de a porfía, renuentes a la belleza y a la creación; es una generación oscura, capaces de salvar primero a un insecto que a un ser humano. “La vida no vale la pena vivirla sin arte”, dijo la gran pintora surrealista Remedios Varo, pero esta gente desconoce lo que ha sido el arte, la pintura, la creación, y la vida. Es como si los hubieran botado al nacer y hubieran criado en su lugar a las placentas, porque eso son: placentas, amebas, ¡qué sé yo!

Théo voló por esas escaleras hacia arriba para llevarle una cantina con caldo y un trozo de pan, pero ya su hermano había muerto

El arte cura, el arte salva, al menos observarlo alivia. Vincent van Gogh, murió ¿asesinado por unos sinvergüenzas de la época bastante parecidos a estos de ahora? Sí, se dice, que unos niñatos le dispararon a poca distancia del edificio donde vivía en una buhardilla, cuando regresaba él del campo donde se inspiraba para pintar y donde pintaba encima de su caballete. Con tal de no denunciarlos y de cumplir con la promesa de que no lo haría nunca a los cobardes que le dispararon, el pintor confesó que se había disparado a sí mismo; cosa que su médico de cabecera afirmó que era casi imposible puesto que el recorrido e impacto de las balas testimoniaban lo contrario, de que a él le habían disparado. Al tiempo, uno de los jóvenes dio su versión, la real. 

El hecho es que Vincent van Gogh lo último que dijo mientras agonizaba fue: “Tengo hambre…”. Su hermano Théo, que había conseguido llegar al desvencijado lecho de muerte del artista que más admiraba (no sólo como hermano sino además como coleccionista y como marchand) descendió corriendo las escaleras a buscar algo de comer al bar de la entrada, cuyo dueño también era el propietario del edificio en el que vivía Vincent. Théo voló por esas escaleras hacia arriba para llevarle una cantina con caldo y un trozo de pan, pero ya su hermano había muerto. Ni siquiera pudo contarle que su vida iría a cambiar, pues había encontrado por fin clientes interesados en su obra.

Vincent van Gogh nunca vendió un cuadro en vida, vivía en la pobreza más absoluta (yo visité su estrecha y pobre habitación en Auver-sur-Oise). Théo lo ayudaba económicamente, y él también intercambiaba obras con el dueño de la brasserie de los bajos con tal de que le permitiera comer y beber, lo mismo hacía con su médico. Ambos se hicieron multimillonarios mucho después de la muerte del pintor, cuando éste, ya enterrado, devino famoso y sus obras se vendían por millones. 

Para que ahora vengan dos comemierdas, bien alimentados y mantenidos por sus padres —que peor educación no les han podido dar— a destruir los ‘Girasoles’

Théo, pese a que heredó las obras de su hermano, no tuvo la misma suerte que el propietario del bar y el médico, pues al poco tiempo debió venderlas por casi nada dado que su esposa le pidió que dejara espacio libre en la casa. Théo murió poco tiempo después, se había vuelto loco, padecía también sífilis. Las 652 cartas de la correspondencia entre él y su hermano conforman el testimonio de lo mucho que se amaron y respetaron, y que es muy probable que la tristeza haya sido la causa principal de la muerte de Théo. Ambos descansan uno al lado del otro en el cementerio de Auver-sur Oise.

Para que ahora vengan dos comemierdas, bien alimentados y mantenidos por sus padres —que peor educación no les han podido dar— a destruir los ‘Girasoles’ de Vincent van Gogh, una obra cumbre de la historia universal del arte. No tienen perdón.

Por otro lado, ha muerto un hombre, un super hombre, al que muchos admirábamos. El doctor Jesús Candel, conocido como Spiriman, murió de cáncer de pulmón a los 46 años. Había destacado por ser uno de esos activistas por las buenas causas, las de verdad, las de la salud, y la sanidad pública, denunció los malos servicios en Andalucía bajo el gobierno del PSOE. Hizo lo imposible por fundar y ayudar en un centro médico, el UAPO (Unidad de Apoyo al Paciente Oncológico) uno de sus últimos mensajes en redes sociales fue el siguiente: “En 3 semanas ya somos 11.810 personas colaborando con 1€ al mes para poder construir un nuevo centro UAPO! ¡Vamos, que lo conseguimos!”. No descansaba cada día enviando mensajes muy positivos desde su enfermedad como experiencia. En paz descanse, este gran hombre todo espíritu y fuerza. Tal vez si hubiera observado los ‘Girasoles’ de Vincent van Gogh sus dolores habrían al menos mermado.

Salvemos la belleza, salvemos la vida con belleza.

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