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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Atracados por la Socialdemocracia

19 de mayo de 2015

Me ha encantado el último video que ha lanzado VOX. “Juan, atracado por el Estado”. De forma desenfadada y pedagógica, el video explica el expolio fiscal al que está sometida la clase media española.

Si quieren pueden echarle un vistazo en el siguiente link:

https://www.youtube.com/watch?v=qBpp8Rt37dU

Y es que la fiscalidad que soportan las rentas del trabajo en España se ha convertido en una losa difícilmente soportable.  Podría argumentarse que la mayor parte de la Seguridad Social la pagan las empresas, pero en realidad ese es un coste que sale del valor generado por el factor trabajo, por lo que, de manera indirecta,  lo acaba pagando el asalariado. El asalariado tampoco tiene margen alguno para reducir el impacto del IRPF. Y de los impuestos indirectos y el IBI no se escapa nadie.

Al final un empleado por el que el empresario paga 2000 euros al mes,  dispone de menos de 1000 euros mensuales para pagar sus gastos. El resto del dinero va a pagar cotizaciones sociales e impuestos.

A cambio de este expolio fiscal, el Estado ofrece al ciudadano una serie de servicios públicos y de subsidios que mitigan parcialmente la situación en la que el propio Estado lo  ha dejado.

En esto consiste la Socialdemocracia.  El Estado crea pobres, que justifican la existencia de un Estado Benefactor que se encarga de ellos.  Por supuesto, no todo el dinero vuelve a los ciudadanos expoliados. Gran parte de ese dinero, la mayoría, se queda en los bolsillos de los miles de políticos, liberados sindicales y funcionarios eventuales necesarios para que el sistema funcione de una forma auténticamente democrática.

El lugar de España en el que el modelo ha alcanzado la perfección es Andalucía. El Partido Socialista mantiene de forma deliberada a la inmensa mayoría de andaluces en la pobreza, y esto le permite crear una red clientelar de ayudas que le asegura ser elegido una y otra vez.

Mientras tanto los verdaderos ricos escapan, legal o ilegalmente,  del infierno fiscal en el que se ha convertido nuestro país.  La progresividad que establece nuestra Constitución es una burda mentira: un mileurista está sujeto a una carga fiscal mayor que las 20 mayores fortunas de España.

En las próximas elecciones autonómicas y municipales, si un milagro no lo remedia, más del 90% de los votos irán a partidos que pretenden mantener o incluso perfeccionar este perverso sistema.

  • El PP y el PSOE quieren que las cosas continúen sin demasiados cambios: a ellos no les ha ido mal. Y tienen muchas bocas a las que alimentar.

  • Ciudadanos apuesta por mantener altos los impuestos y el Gasto Público.  Eso sí, están convencidos de que sus gestores públicos serán incorruptibles.

  • Podemos e Izquierda Unida quieren incluso perfeccionar el atraco al ciudadano. Su programa consiste en aumentar los impuestos e incrementar el peso del Estado en la Economía.

VOX es el único partido que promete parar el actual expolio fiscal al que estamos sometidos los españoles. Reducir todos los impuestos y no crear ninguno más. Realizar una drástica poda de la administración, desmontando el elefantiásico estado de las autonomías. Introducir medidas, como el cheque escolar, que aseguran un acceso universal a unos servicios públicos prestado de forma más eficiente.

La verdadera regeneración de la política en España no consiste sólo en no llevar imputados en las listas. Terminar con la corrupción pasa necesariamente por devolver a los ciudadanos su soberanía económica y liberarlos de la servidumbre social y dependencia  a la que los ha condenado el consenso socialdemócrata.

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