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Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.
Iván Vélez (Cuenca, España, 1972). Arquitecto e investigador asociado de la Fundación Gustavo Bueno. Autor, entre otros, de los libros: Sobre la Leyenda Negra, El mito de Cortés, La conquista de México, Nuestro hombre en la CIA y Torquemada. El gran inquisidor. Además de publicar artículos en la prensa española y en revistas especializadas, ha participado en congresos de Filosofía e Historia.

Avalar el golpismo

7 de marzo de 2022

La invasión de Ucrania por parte de una Rusia, que es mucho más que el delirio megalómano de un individuo, acapara la atención internacional. Razones, evidentemente, hay para ello, pues la entrada de las tropas rusas en la república surgida después de la caída de la URSS reconfigurará un tablero geoestratégico al que China observa sabedora del creciente poder militar que atesora, pues China cuenta con el mayor ejército del mundo que también se despliega en un plano menos marcial: el de las materias primas que ha ido acaparando en los últimos lustros.

La invasión de Ucrania (…) ha vuelto a poner de relieve una realidad que gran parte de Occidente pretende omitir: la existencia de fronteras

La invasión de Ucrania, que nutre las telepantallas de crudas imágenes, pero también de las apariencias falaces siempre aparejadas a la guerra, ha vuelto a poner de relieve una realidad que gran parte de Occidente pretende omitir: la existencia de fronteras. Envueltos en la fantasía de un mundo sin fronteras por el que se moverían los hombres cual aves que buscan tierras estacionales, muchos son los que viven de administrar la necesaria dosis eticista que acompaña a una figura, la del «migrante», alrededor de la cual se hacen grandes negocios. Sin embargo, la frontera no desaparece por mucho voluntarismo que se le arroje, ni cristaliza por el mismo motivo.

Viene este comentario a cuento por dos hechos que afectan a España alrededor de dos de sus fronteras: la melillense y la catalana, esta última sólo existente en las mentes de un conjunto de hispanófobos de los que se ha dicho que pidieron ayuda a Putin para alzarse con parte de la tierra española.

El primer caso, el de la valla de Melilla que separa las naciones española y marroquí, ha vuelto a ser el escenario de un asalto perfectamente planificado, según se ha podido comprobar por el material empleado para ella, pero también por la acción coordinada de unos hombres que no huyen de guerra alguna, sino, a lo sumo, de unas condiciones materiales que pretenden dejar atrás.

En el segundo, el de la pretendida frontera que separaría Cataluña de España, esta semana, la misma en la que en las Islas Baleares se ha dejado sin trabajo a más de 1.600 auxiliares administrativos de la sanidad por no acreditar el nivel B1 de catalán, se ha sabido que el Tribunal de Cuentas ha desactivado la causa del 1-O, corrigiendo de este modo su decisión inicial. En consecuencia, los avales presentados por la Generalidad de Cataluña para cubrir las responsabilidades económicas de los golpistas, cuyo montante alcanza los 5,4 millones de euros, serán admitidos. Como en tantas otras ocasiones, este será el pago o, por mejor decir, el impago, del acceso de Pedro Sánchez a La Moncloa, pues la aceptación de estos avales, emanados de las instituciones públicas españolas, es una de las exigencias de ERC para la aceptación de los Presupuestos Generales del Estado que permiten al doctor mantener su puesto.

La decisión [del Tribunal de Cuentas] afecta singularmente al huido Puigdemont, al lacrimógeno Mas y al indultado Junqueras, que respiran aliviados al saber que evitarán el embargo de sus bienes

La decisión tomada afecta singularmente al huido Puigdemont, al lacrimógeno Mas y al indultado Junqueras, que respiran aliviados al saber que evitarán el embargo de sus bienes, acordado en su día pero nunca ejecutado, pues es bien sabido que el Ejecutivo no tiene la menor intención de incomodar al mundo lazi al que tanto debe. La decisión de Sánchez cuenta, además, con la habitual colaboración del Partido Popular en todo aquello que sirva para desarrollar el autonomismo y llevarlo hasta las últimas consecuencias que, en el caso de Cataluña, consisten en el mantenimiento de una serie de privilegios sobre el resto de regiones españolas. Por ello, no resulta sorprendente la noticia, hecha pública a finales del pasado mes, de que el partido del charrán se había sumado a la desactivación del Tribunal de Cuentas al conocer que este iba a tumbar los avales presentados por la Generalidad para amparar a los golpistas. Nada nuevo bajo el sol autonómico bajo el que desarrolló su entreguista carrera para con los catalanistas José María Aznar y bajo el cual medran barones que llegan a esa estación término, ahora apellidada Almudena Grandes, desde la que las fronteras, reales o imaginarias, apenas son visibles.

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