«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

El Baúl de los Recuerdos

11 de febrero de 2015

El Partido Socialista ¿Obrero? ¿Español? fue el más poderoso de la transición hasta la llegada de Zapatero. Felipe González, tras devorar a Adolfo Suárez, no tuvo rival ajeno, excepto el de la carcoma de la propia corrupción que le fue llenando de agujeros hasta que las poltronas se vinieron al suelo, hundidas en las alfombras que tapaban tanta porquería… Pero González había centrado el PSOE al renunciar al marxismo-leninismo y gracias a esa estrategia de centro-izquierda el partido socialista mantenía fidelizado un alto porcentaje de votantes.

A partir de ahí, con la retirada de González de la Secretaría General, el PSOE inicia su decadencia, en gran parte debido a los errores de su militancia al escoger sus líderes. Por ejemplo, el  debate entre Zapatero y Bono la mayoría se decantó por muy pocos votos a favor de Zapatero, cuando  la sabiduría política, la experiencia práctica en el poder y la centralidad estaban mucho mejor garantizadas por José Bono. El resultado fue que Zapatero tuvo que corregir su izquierdismo. Aconsejado por una crisis que no quiso reconocer y acosado por Merkel tuvo que replantearse su actitud y se pasó de asegurar que “ la crisis las pagarían los ricos” a  aumentar los impuesto de los pobres y congelar los sueldos de los funcionarios “me cueste lo que me cueste”.

Roto el prestigio de  Zapatero, su candidatura se desplomó hasta que hubo de renunciar a las siguientes elecciones que enfrentaron a Rubalcaba con Carmen Chacón. En esa nueva oportunidad Rubalcaba suponía la continuidad del viejo gobierno, mientras que su oponente daba una imagen de renovación mucho más convincente para el clima que se respiraba en el centro-izquierda socialista. Pero de nuevo los votantes eligieron la opción que condenaba a continuar con una política nefasta que les llevó al desastre.

Ganadas las elecciones por Mariano Rajoy, la oposición de Rubalcaba fue discreta, de político muy apegado al sistema e incapaz de ilusionar a sus mismísimos partidarios. A pesar de ser un buen polemista con sus discursos, no pudo lograr el juego de manos que se necesita en los gestos para disimular en cuál de los tres dedales se encuentra la bola del trilero. Otro batacazo y otra pérdida más del compacto número de los votantes iniciales.

Ahora, las primarias ganadas por  Pedro Sánchez, apenas había rival, salvo la andaluza Susuna Díaz que no se presentaba. Tanto Madina como Pérez, el uno por demasiado joven y el otro por todo lo contrario no daban la imagen de ganadores. La presencia la figura, como señalaban los místicos, son esenciales para curar los males de amor y,del mismo modo que Kennedy venció a Nixon por ser más guapo, Sánchez le sacó aMadina de la secretaría general por llevarle unos centímetros de belleza.

 

Por otra parte ¿hay liderazgo definitivo?  La guerra abierta entre Pedro Sánchez y Tomás Gómez, podría terminar con el actual Secretario General. Esa última posibilidad es temible para los propios socialistas, tan gloriosamente asentados en “la casta.” Sería como si un moribundo recorriendo las heladas estepas del Polo se abrazase a un oso blanco intentando salvarse del frío con un abrazo que lo destrozaría.

Los osos blancos parecen ser animales inocentes pero en cuanto te descuidas tienes la casa hecha un desastre  cada vez más lejano de la mayoría silenciosa.

Dos no pactan si uno no quiere ¿Pedro? ¿Tomás?

Entre tanto  “Podemos” no tiene en efecto ningunas ganas de pactar, ya que se ha llevado la marca de la izquierda a casa. El PSOE, en cambio, está deseando un lugar en el sol y miente cuando dice que no pactará con nadie…excepto cuando sepa el resultado de las urnas.

Aún entonces, lo tendrán muy difícil. Si se atreviesen a hacer una cosa así, siquiera fuese en las municipales, la estimación del PSOE bajaría tantos puntos que así pasarían a ser  un partido secundario… Y luego se convertirían en algo guardado en “el baúl de los recuerdos” como cantaba Karina, justo por aquellos años del siglo XX en que los socialistas comenzaban a engordar.

.
Fondo newsletter