Las familias entroncan y así se renueva el corazón. Se unen sagas que son mundos, como cuando la hermana de Paris, una Hilton, se casó con un Rothschild. Ahora el amor ha unido a Alejandra Rubio, hija de Terelu, del clan Campos, con Carlo, hijo de Carlo Constanzia di Costigliole (CCC), al que toda la vida llamamos Costiglione, aquel otro noble italiano con el que estuvo Mar Flores antes o después del conde Lecquio.
La noticia ha despertado murmuración porque ella es joven y él tiene antecedentes penales. «No es lo que Terelu quería para su hija», ha opinado Belén Esteban. Parece ser que había miras más altas. «Estás comparando a mi hija con Chabelita», dijo una vez Terelu. Pero Chabelita ahora se saca derecho y algún día podría ser (ojalá) abogada del Estado. Su yerno, sin embargo, ha estado en la cárcel y no podrá imitar a Borja Sémper porque le han obligado a llevar pulsera en el tobillo. Quizás por eso la moda de los pantalones por encima del astrágalo, para transmitir confianza.
A la joven Alejandra la han pillado fumando y como la gente es muy mala ya hay quien ha recordado los copazos Champions League que se ponía la madre para ver los partidos del Madrid.
«»Va a ser una madraza y yo una tiaza», añade Carmen Borrego, la Campos-no Campos, que raro será no acabe dando su particular exclusiva. Recordemos que no hace mucho sufrió una especie de repudio en otra exclusiva innovadora en la que su hijo anunciaba, a la vez, ruptura con la mujer y con la madre.
Los futuros padres, Alejandra y Carlo, viven ajenos a todo llevados por la pasión. Su primer beso fue inmortalizado en una revista y ahora anuncian el hijo no buscado, una especie de pactado-no buscado. Ella vio a Carlo, un actor tatuado con voz de Corleone y se derritió. «Nunca me he sentido tan protegida», contó en Hola con su puntito de hibristofilia.
La pareja se ha ido a Formentera, que está muy bien aunque no sea Honolulú, de la que alguien dijo que es lo mejor porque lo tiene todo: sol para la mujer, arena para los niños y tiburones para la suegra… Terelu y Mar Flores, divas de los 90 convertidas, ay, en abuelas.
Hay apellidos que abren puertas, otros abren revistas. Hasta ser despixelado, ese niño garantiza decenas de exclusivas. El Campos matrilineal debe prevalecer, siempre lo hace. Será un Costigliole Campos o mejor, lo preferimos, Campos Costigliole, Campos Constanzia di Costigliole. Un linaje como siempre decadente porque sobre todo podrá presumir de bisabuelos: María Teresa Campos y el italiano, que además de noble fue partisano en la Segunda Guerra Mundial, contó Kiko Matamoros en el Off Sálvame de Ten. «Has dicho patisano? ¿Qué es un patisano?» preguntaba el gran Víctor Sandoval, que concentró todo su amigo-enemigo en Nacho Polo.
El prestigio antifascista queda lejos ya. No solo Carlo ha estado en la cárcel. Su hermano Pietro ha sido acusado en Italia de emprenderla a machetazos con otro joven. Para que luego hablen de la inmigración. Por un lapso fugaz, Pietro fue novio de Juls Janeiro, hija de Jesulín y María José Campanario. Estuvimos muy cerca de un Janeiro Constanzia di Costigliole. «Lo so, lo so«, que diría Joaquín…
