«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
La Gaceta de la Iberosfera
Buscar
Cerrar este cuadro de búsqueda.
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Canal 9: mentalidad estatista

12 de noviembre de 2013

Que, en el caso de que el TSJV echase atrás el ERE de RTVV, el Gobierno autonómico cerraría tanto la televisión como la radio públicas era algo bien sabido. Lo había reconocido por escrito meses atrás Fabra, empeñado en hacer caso a una directora del ente que le aseguraba que los jueces les darían la razón y que ahora ha huido de la quema. Sea como fuere, la chapuza jurídica, tan típica de la burocracia, ha obligado al PP valenciano a tomar una buena medida. Sí. Buena medida. Porque las televisiones públicas, manipuladas como ahora aciertan a reconocer los mismos periodistas que durante lustros callaban mientras vivían a costa del contribuyente, no son un derecho sino que son un exceso. La democracia no se mide en función del derroche o el número de medios de comunicación sometidos al poder político, como se han empeñado en afirmar estos días algunos. TV3, por ejemplo, no es ningún derecho de los catalanes. Es una majadería hortera sostenida en plena crisis por una oligarquía empeñada en “construir nación” a costa de farmacéuticos, hospitales y colegios.

No son menos oligárquicas el resto de televisiones públicas, incluida la aburrida TVE o la cursi Canal Sur. O la televisión “de la Xunta” que es como los gallegos, siempre con su característica y maravillosa retranca, denominan a la Televisión Gallega. Y es que a nadie se le escapa que se trata de medios de comunicación al servicio del Gobierno de turno pagados a costa del contribuyente. Desde el gol-Vota PSOE de María Antonia Iglesias hasta el “Ce-Ce-O-O” de Urdaci, lo único para lo que sirven es para hacer la competencia a la empresa privada –¿les cuento a cuánto nos ha salido cada capítulo de Águila Roja?– y tratar de manipular al personal.
Es la mentalidad estatista, esa que reza que el Estado, tu padrecito, debe incluso de pensar por ti, la que estos días está saliendo en defensa de lo ineficaz, propagandístico y parasitario. Nada nuevo bajo el sol.
Ahora, la espada de Damocles del paro se cierne sobre los periodistas y profesionales de Telemadrid, pendientes también de recurso judicial interpuesto por los mismos sindicatos que no esperaban que el PP valenciano cumpliera su palabra y acaso por ello celebraban, nada más conocerse la sentencia, una victoria que supone el paro para centenares de trabajadores. En este caso, además, han sufrido una verdadera campaña de violencia, que obligó incluso a intervenir a la APM, normalmente tan complaciente con la izquierda.

Ignacio González dice que lo tiene claro: si la televisión madrileña resulta deficitaria, se cierra. Debería, empero, cerrarla con o sin déficit. Por una cuestión de higiene democrática.

 

.
Fondo newsletter