«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

La Canarias que queremos

14 de abril de 2015

Canarias se ve mejor con perspectiva. Así comenzamos la conferencia que tuvimos el placer de ofrecer el pasado miércoles en el salón principal del Real Casino de Tenerife, dentro de la agenda organizada con motivo de la celebración de su 175 aniversario. Bajo el título “La Canarias que queremos” desgranamos las principales ideas que defendemos y en las que creemos para mejorar nuestra tierra.

Antes de exponerles estos argumentos, permítannos que desde aquí demos las gracias a dos hombres preparados y conocedores de nuestras Islas, pues ambos han participado de una manera u otra en la vida pública, y para nosotros fue una fuente de orgullo que aceptaran nuestra invitación a ser los presentadores de este acto.

Nos referimos a Fernando Fernández, Doctor en Medicina por la Universidad de Navarra y Jefe del Servicio de Neurología del Hospital Universitario de Canarias (HUC), que fue además presidente del Gobierno de Canarias, eurodiputado entre 1994 y 2009, y que actualmente es Consultor de las Naciones Unidas para PNUD (United Nations Devepment Programe)

Asimismo, contamos con la colaboración de Eligio Hernández, Licenciado en Derecho y Diplomado en Derechos Humanos, un hombre que ha sido Delegado del Gobierno, Fiscal General de Estado y Diputado en el Parlamento de Canarias, y que actualmente ejerce como abogado en los Ilustres Colegios de Las Palmas y Santa Cruz de Tenerife. Queremos agradecerles públicamente su aportación a nuestra conferencia.

Como ya explicamos, comenzamos afirmando que Canarias se ve mejor con perspectiva. Creemos que no hay una frase que resuma mejor el hecho de que nuestro Archipiélago nunca ha sido nacionalista, y la única referencia de nación –concepto económico de primer orden-en la que creemos es la que jurídicamente nos identifica a España, país al que pertenecemos y en cuyo futuro estamos implicados.

La mayoría de los canarios entendemos que las soluciones a nuestros grandes problemas son nacionales y europeas, y es bueno que sea así. Los nacionalismos, cuando son limitadores, empequeñecen y aíslan. Al contrario, nosotros apostamos por ser partícipes de todo lo que sucede en un mundo globalizado porque entendemos que Canarias no empieza y termina en una isla.

El mar que nos rodea es un factor de unidad, y no nos separa de nuestro entorno, sino que nos relaciona con él. Así lo demuestra nuestra posición geoestratégica tricontinental, puerta de enlace con Europa, África y América, continentes a los que pertenecemos por historia, cultura y relaciones políticas y comerciales.

Debemos hacer valer nuestra ubicación y aprovechar las diferentes sinergias que nos ofrece, pero para ello es necesario simplificar la maraña burocrática y administrativa que rodea a las Administraciones Públicas y a la que se enfrentan diariamente emprendedores, inversores y ciudadanos.

Muchos expertos coinciden en señalar que un excesivo y abultado marco legislativo no ofrece más garantías jurídicas ni a empresas ni a particulares, y en cambio, frena y paraliza la actividad económica. Por eso, por cada ley que se promulga deberían derogarse dos, porque este entramado de leyes, muchas veces, se convierte en un muro que nos aleja y nos separa de otros países y de la población.

Y esto tiene que ver también con la duplicidad de competencias. No tiene sentido, que una misma función esté en manos de hasta tres administraciones distintas y, mucho menos, que cada una trabaje por su cuenta sin contar con los recursos y la colaboración de las demás. Una administración, una función: sería mucho más productivo, eficiente y eficaz.

No se trata de tener más competencias sino de ser más competentes, y para ello deberíamos aprovechar las economías de escala y pelear porque todos trabajemos coordinados por un objetivo común: hacer más con menos y poner en el eje de nuestra actividad a los ciudadanos, aplicando la economía social y practicando el humanismo activo.

Siempre hemos defendido que la mejor manera de luchar contra la exclusión social es la creación de empleo, y para lograrlo es necesario establecer las condiciones precisas que hagan de nuestro Archipiélago un lugar atractivo para la inversión, teniendo presente que las administraciones públicas deben liderar, no intervenir, en los cambios estructurales de nuestra sociedad.

Sólo así, estaremos dando los pasos adecuados para lograr la Canarias que queremos.

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