Otra vez los datos del CIS (septiembre y octubre del 2013) han vuelto a sorprender. En el estudio, el 6,8% de los encuestados dice que votó a IU /ICV en Cataluña, el otro 30,5 al PP o al PSOE el 23,9%. Del 6,8% que votó a IU/ICV en Cataluña, el 23% procedía de la clase alta/media alta, pero de este segmento de la población sólo el16% votaron al PP y otro 16% al PSOE. Esto ya es significativo: que solo 16 de cada 100 personas de la clase alta/ media alta votaran al PP o al PSOE cuando casi uno de cada cuatro lo hicieron por IU/ICV en Cataluña. Siguen las diferencias cuando se incluyen también las nuevas clases medias. En este caso, los votantes de IU/ICV en Cataluña ascendieron al 47%, mientras los votantes del PSOE, al 37%, y los votantes del PP 44%. Solo se desequilibra la balanza si se incluyen las viejas clases medias.
En el nuevo barómetro de octubre del 2013 (estudio 3.001) se dan nuevos datos de las elecciones generales del 2011. Los directores y profesionales, así como los técnicos y los cuadros medios se decantaron, en una proporción mayor, hacia el voto a IU/ICV en Cataluña, que hacia el PP, cuando este partido, el del PP, tendría que ser su espacio natural. Lo mismo hicieron los obreros cualificados frente a los obreros sin cualificar que votaron más a los partidos de izquierda que a los de derecha.
De nuevo, la encuesta del CIS (número 3001), nos da la razón. Si se celebrasen ahora elecciones al parlamento español, IU/ICV en Cataluña obtendría el 29% de los votos de la clase alta/media alta, mientras el PP obtendría un 16% y el PSOE un 12%. Si se añaden las nuevas clases medias IU/ICV en Cataluña obtendría exactamente el 51%, mientras el PP el 42%. En todo ello serían mucho más coherentes los votantes del PSOE, que lo harían solo en el 32% de los casos.
Analizando estos datos cabe preguntarse qué está pasando ¿Es que la clase alta/media alta, o la nueva clase media, optan por el Estado y el intervencionismo en vez de hacerlo por la sociedad civil y por la libertad? No lo creo. La clase alta/media alta ha tenido tiempo para renunciar a sus privilegios y optar por la igualdad, y no lo ha hecho. ¿Que ha pasado entonces?. Antes, estas clases vivían bien, muy bien, cuando el resto, o una mayoría, pasaban hambre, o podían ir tirando, sin grandes lujos, pero ahora todos vivimos mejor Ellos quieren seguir progresando, pero no pueden hacerlo, porque tiene que haber para todos, por eso se quejan y votan a la izquierda.. Aunque en público no reniegan de la igualdad, sino que la defienden, en privado no se sienten iguales, ni renuncian a sus privilegios. Por supuesto, para disimular, pretenden algo que es totalmente imposible, que todos nos igualemos por arriba.
Para que haya igualdad, cosa que debería anteponer la izquierda a la derecha, hay que recortar los privilegios de las clases altas y medias; de otro modo se impone la libertad. Otra lectura sería que ha habido una movilidad social y algunos quieren para los demás lo que ya han conseguido para ellos mismo. Estos quieren que sea el Estado (pero dirigido por ellos) el que puede igualar (ellos permanecerían desiguales) dándoselo a unos, a los pobres, y quitándoselo a otros, a los ricos. Pero ¿quienes son los ricos? Las clases altas/medias altas piensan que son los otros, pero son ellos los que corren con los gastos del Estado vía impuestos.
El Estado se debe encargar de potenciar la igualdad de oportunidades. Digo bien, no la igualdad, sino la igualdad de oportunidades. Esto no se soluciona tratando a todos por igual, como dice la izquierda, sino estableciendo las diferencias que impone la propia vida. Unos nacen con unos talentos y otros con otro; unos quieren trabajar y otros vivir del trabajo que generan los otros. Unos heredan y otros nacen sin nada. El Estado deberá mirar estas cosas y recompensar a cada uno como se merece. ¿Igualdad, libertad? A cada uno hay que darle lo que se ha ganado con su esfuerzo, pero evitando que algunos puedan quedar desamparados y otros se aprovechen de los demás.
El Estado tiene que velar por todos: porque haya trabajo, sanidad, educación, servicios sociales y pensiones. Pero el Estado lo puede hacer bien o mal, puede escorarse hacia un lado o hacia el otro. Sé muy bien que todos los políticos quieren ganar elecciones; unos lo hacen bien y otros mal. Unos optan por la defensa del individuo y por la libertad, y otros por la igualdad, pero en uno y en otro caso hay que ser coherente y decir la verdad. Se vota a la derecha porque se cree en el individuo frente al Estado; en la defensa de la libertad frente a la igualdad, en la apuesta por la democracia frente al autoritarismo, en la defensa de las leyes, que nos hemos dado todos, frente a los que quieren vivir sin ley. Se vota a la izquierda por todo lo contrario. “Vive como piensas, porque si no terminarás pensando como vives”.
*Benjamín García Sanz es catedrático emérito de Sociología.