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Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.

Conciliando en el Congreso

3 de octubre de 2013

Se aprobaba estos días atrás, con la abstención del PSOE, la Izquierda Plural y el BNG, un informe de la subcomisión de Igualdad del Congreso, conocido entre la opinión pública porque en él se propone cambiar el huso horario español por el británico. En el informe, sin embargo, se tratan también otras cuestiones que han pasado desapercibidas. Como que el PP ha votado indirectamente en contra de la libertad de horarios. Se propone que los comerciantes adapten sus horarios a la conciliación familiar y se habla de “marco horario”, cuando el único marco horario libre y conciliador es el que el dueño del establecimiento decide en función de sus necesidades.

 

El informe también refleja la manía de los políticos hacia los términos “mamá y papá”, a quienes se recomienda, cosas del lenguaje inclusivo de la ideología de género, llamar “progenitores”. Apenas hay una tibia mención al teletrabajo. Y es que éste supone que los empleados trabajen por objetivos y no por peloteo u horas calentando la silla, y que el jefe tenga que mojarse al tener que establecer dichos objetivos y ser responsable de su cumplimiento. ¿He dicho responsabilidad? Dejémoslo.

 

Entre las medidas propuestas destaca una interesante propuesta en relación a los permisos de baja por maternidad y paternidad por nacimiento o adopción, defendiéndose que deben de ser iguales e intransferibles. Una propuesta novedosa que, sin embargo, tropieza con dos grandes problemas. Por una parte con la financiación de la baja. Y es que las cosas no están, máxime teniendo en cuenta que la mayoría de nuestras empresas son pymes, para cargar más gastos sobre el empresario. Tampoco sobre el Estado, que sigue creciendo a pesar del supuesto austericidio de Montoro, quien acaba de entregar al presidente del Congreso unos Presupuestos Generales del Estado que son el reconocimiento de su fracaso.

 

Por otra parte, las bajas de paternidad requieren un importante cambio de mentalidad de la sociedad española. Verán, en España, casi siempre son las mujeres las que, a lo largo de la infancia y adolescencia del hijo, reducen jornada, piden excedencias o días libres para atender sus necesidades. También asumen las semanas transferibles entre la pareja.


En España, sólo dos ministras –
Chacón y Sáenz de Santamaría– fueron madres a la par que ministras. Ambas acortaron de forma voluntaria su baja maternal, lanzando así un mensaje negativo en relación a estos permisos. Entre los políticos –excepción hecha de Juan José Güemes– ni una sola baja. Y ello pese a que los hombres disponen de dos semanas, que el Congreso propone ampliar a cuatro, de baja paternal.

 


Podrían empezar dando ejemplo. ¿He pedido demasiado?

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