Muchos españoles nos sentimos engañados con lo de la doctrina Parot. Nos preguntamos, pues, que si lo aprobó el Supremo, con el visto bueno del Constitucional, ni nuestro Gobierno, ni nuestros fiscales, ni nuestros jueces, están mínimamente obligados a defenderlo ¿No forma parte de nuestra legalidad? ¿No han jurado defenderlo? O es que están todos en el bando de los que mecen la cuna del ominoso acuerdo con ETA: “Todo, si dejáis de matar”.
Se nos dirá que hay que acatar la sentencia. Ni un reproche para el representante español, el leonés Luis López Guerra, hijo político de Zapatero que hizo trampa para auparse al Tribunal de Estrasburgo. Los papeles con el cronograma ¿no le dicen nada a nadie? Acabar con la doctrina Parot era una exigencia, a la que cedió Zapatero y luego el PP la bendijo con sus ministros vestidos de negro, pasando vergüenza con las víctimas.
La foto es la que es: los terroristas exigiendo que sean todos los etarras los que salgan; Ruiz-Gallardón y Fernández Díaz mintiendo a los españoles. Es mentira que la victoria de Inés del Río no siente doctrina y que 140 etarras (una cuarta parte de los que están en chirona) tengan un pie fuera tras la sentencia de Estrasburgo. Es mentira que no paguemos a la etarra. Lo descontamos de lo que nos debe ¿Y eso no es pagar? Tampoco es verdad que vayan a garantizar que no haya exaltación al terrorismo y humillación a las víctimas, ya que se está produciendo a cada minuto.
Se produce a cada minuto que nuestro Gobierno no continúa defendiendo la doctrina Parot como parte de la solución a un problema de seguridad del Reino de España, como hace –por cierto– el Reino Unido con sentencias del mismo tribunal. Se podía haber tenido –al menos– menos prisa en el acatamiento, algo menos de unanimidad. Si toda la Audiencia Nacional está de acuerdo con lo sentenciado en Estrasburgo, por qué no defendieron la derogación de la llamada doctrina Parot.
Se enaltece el terrorismo cuando los 23 asesinatos de la etarra se pagan con 26 años de cárcel, menos de un año por muerte producida por ella. Consentir eso, como consentir la salida de violadores-asesinos, de asesinos y de terroristas tenga que cumplirse por sentencia que podría sólo acatarse; si el Gobierno no estuviera, de un modo u otro, siendo cómplice, por lo menos, de los de la mano que mece la cuna: Gómez Benítez, López Guerra, Rodríguez Zapatero, Pérez Rubalcaba, los del Faisán y el sursuncorda.
Así que, queridos compatriotas, elijan en qué acera de la calle van a querer quedarse, si con los que se entristecen por el fracaso de la justicia española en Estrasbrugo, o en la acera de los que se alegran con Bildu, el PNV, y los progres de la izquierda española a los que les importa un pepino que la ley insulte a la Justicia, a la Justicia con mayúscula.