«Ser es defenderse», RAMIRO DE MAEZTU
Este artículo se publicó en La Gaceta antes de convertirse en La Gaceta de la Iberosfera, no siendo entonces propiedad de Fundación Disenso.
(Santander, 1968). Jefe de Opinión y Editoriales de La Gaceta de la Iberosfera. Ex director de La Gaceta de los Negocios, de la Revista Chesterton y de Medios Digitales en el Grupo Intereconomía. Ex jefe de Reportajes en La Razón. Formado en la Escuela del ABC. Colaborador de El Toro TV y de Trece Tv. Voluntario de la Orden de Malta. Socio del Atleti. Michigan es su segunda patria. Twitter: @joseafuster

Biografía

(Santander, 1968). Jefe de Opinión y Editoriales de La Gaceta de la Iberosfera. Ex director de La Gaceta de los Negocios, de la Revista Chesterton y de Medios Digitales en el Grupo Intereconomía. Ex jefe de Reportajes en La Razón. Formado en la Escuela del ABC. Colaborador de El Toro TV y de Trece Tv. Voluntario de la Orden de Malta. Socio del Atleti. Michigan es su segunda patria. Twitter: @joseafuster

El demonio, el tifón y la Iglesia

11 de noviembre de 2013

Al caer el sol, una joven negra, Annette Pierre-Lois, tomó un saco de esparto que había dejado junto a la puerta, salió deprisa de su chamizo miserable en la Rue des Miracles, en Puerto Príncipe, y caminó durante hora y media hasta una casa blanca de ricos haitianos en Pétion-Ville. Annette llamó a la puerta que se abrió sola. Dentro olía a caoba y sonaban los péndulos de una decena de relojes. La puerta se cerró como se había abierto y la haitiana subió despacio dos tramos de escaleras hasta un pasillo oscuro y desde ahí, como si conociera la casa desde siempre, caminó hasta quedarse quieta frente a una puerta que durante una fracción de segundo pareció abombarse como si respirara. La negra acarició con la yema de los dedos la madera de la puerta, que se abrió despacio.

Annette Pierre-Lois levantó una cuarta el saco de esparto y entró en una habitación negra en la que sólo había un hombre blanco vestido de traje en una silla alta colocada al fondo. Ella saludó con un gesto de cabeza y el hombre sonrió de medio lado. Annette se paró en mitad de la habitación y sin más ceremonia se quitó los tirantes y dejó resbalar su vestido blanco y sucio hasta el suelo. Con un movimiento rápido, metió la mano en el saco de esparto y sacó un gallo negro esquelético y una navaja de afeitar. Luego, Annette Pierre-Lois comenzó a cantar bajito mientras se balanceaba…

Seis minutos después, una de las sombras de la pared se movió y apareció Satanás. La bestia se acercó y rozó con uno de sus dedos la sangre del gallo que bajaba por el pecho de la joven que yacía desmayada en el suelo. El demonio miró derecho a los ojos del hombre blanco, que se levantó e hincó una rodilla. Con un gesto duro, Satanás preguntó: “¿Qué hay?”. El hombre hizo un gesto de aprobación. “El tifón Haiyan lo está haciendo bien en las Filipinas… Decenas de miles de muertos”. El demonio sonrió: “Bien, bien…”. El hombre sonrió de vuelta: “El norte de México sigue bajo nuestro control…”. Satanás hizo un gesto para que siguiera. El hombre sonrió más y dijo: “Los socialistas españoles han acordado que abolirán la Religión y los símbolos religiosos y quitarán la financiación a la Iglesia…”.

Los ojos de Satanás enrojecieron de ira y con un movimiento casi imperceptible rodeó con su garra el cuello del hombre, que comenzó a ahogarse… El demonio levantó su rostro hasta su altura y con su aliento fétido susurró: “¿Qué idiotez es esa? ¿Una Iglesia libre? Estúpidos. No saben de lo que hablan”.

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