El buenismo tiene graves riesgos para la salud. Deberían advertirlo como en las cajetillas de tabaco. Que alertan de que «fumar mata». Lo digo por lo que ha pasado estos días en Salt (Gerona). Basta pillar la «información» (sic) que hizo TV3 tras la segunda noche de disturbios. Los hechos son conocidos. Y han sido explicados ampliamente por LA GACETA.
El imán de Salt fue desahuciado por no pagar el alquiler. Parece que lleva cinco años de retraso. Cinco. Luego intentó volver a okupar el piso por las bravas. Pero en TV3 culparon de todo a la falta de vivienda. Con la colaboración del Ayuntamiento, gobernado por ERC y Junts. «La falta de vivienda explota en Salt», titulaban. En X, han tenido que ver cómo los lectores desmentían a un medio de comunicación público.
Atribuían los hechos «a los desahucios a la comunidad inmigrante y la falta de vivienda». Los lectores se apresuraron a matizar que «¡Fake news!». Que el imán fue detenido «después de intentar ocupar un piso! y que «los incidentes los provocan musulmanes, que quieren sacar al imán de la comisaría», entre otras cosas.
La verdad es que la crónica del miércoles no tenía desperdicio. En realidad eran dos crónicas. Más de cinco minutos. Un tiempo excepcionalmente largo para un informativo televisivo.
Los periodistas de la cadena insistieron en desvincular los incidentes del intento de okupación. Parece que tuvieron lugar por generación espontánea. «Son hechos diferentes!, explicaban en una conexión a pie de calle. «Una, el desalojo del imán y el desahucio; y la otra, los disturbios!, aseguraba. Incluso atribuían el detonante a la «contundencia policial». Aunque los Mossos lo niegan.
Por supuesto, recogía igualmente la versión del Ayuntamiento. Los encapuchados habían venido de otros municipios para «provocar». Salía el alcalde, el republicano Jordi Viñas, culpando de todo … ¡a la Sareb!, el banco malo. Y pidió que «ponga a disposición de los ayuntamientos y la Generalitat los pisos que tiene vacíos» para poder ofrecer a los ciudadanos una «vivienda digna».
Al día siguiente entrevisté para mi canal de YouTube a Sergi Fabri, el alcaldable de VOX en Salt. !Culpan a la crisis de la vivienda pero hicieron una suspensión de licencias, no se puede edificar en ninguno de los solares vacíos que hay», me explicó. «Por una parte —añadió— hacen ese relato de la falta de vivienda, pero han limitado de las maneras posibles que nadie construya… ¿entonces qué hacemos?».
En el reportaje de TV3 salía también una de las hijas del imán. En catalán, exculpaba a su padre. !Nunca ha incitado a ninguna persona», afirmaba. Pero deslizó también esto: «Yo lo que quiero son soluciones, yo quiero una vivienda para mi familia«. Parece que el ayuntamiento está en ello. A pesar de que anteriormente el propio consistorio había informado de que el imán en cuestión «no cumplía con los requisitos, tiene un sueldo demasiado alto», según Rac1, la emisora del conde de Godó.
Para acabar de justificar la crónica entrevistaban también a una representante del Sindicat de Llogaters, que hablaba de la «vulnerabilidad»; el teniente de alcalde —también de ERC— que culpó a los «fondos buitre»; e incluso una señora musulmana que había sido desahuciada por no pagar el alquiler. En un español precario, explicaba que ahora tenía que vivir con su madre y que sus tres hijos estaban «muy tristes» por la falta de espacio.
Esta semana, por otra parte, había pleno en el Parlamento catalán. Como cada sesión, el presidente de la cámara, Josep Rull, empezó recordando los «muertos en el Mediterráneo». Pero ni el PSC ni Junts ni Esquerra ni los Comunes ni la CUP sacaron el tema. Tuvieron que ser VOX y Aliança Catalana.
Hubo incluso un episodio peor. La diputada de la CUP Laure Vega proclamó desde la tribuna que «en Cataluña lanzar piedras a los Mossos y quemar contenedores es un hecho cultural propio». «Enhorabuena a la comunidad musulmana de Salt», apostilló. Josep Rull no se atrevió ni a cortarla.
Luego se extrañan de que suba lo que, despectivamente, llaman «ultraderecha». En Salt, en las municipales de 2023, VOX ya fue el único partido su que subió en votos. Pasaron de tres a cuatro concejales. Veremos qué pasa en las próximas.