«Ser es defenderse», Ramiro de Maeztu
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.
Hughes, de formación no periodística, es economista y funcionario de carrera. Se incorporó a la profesión en La Gaceta y luego, durante una década, en el diario ABC donde ejerció de columnista y cronista deportivo y parlamentario y donde también llevó el blog 'Columnas sin fuste'. En 2022 publicó 'Dicho esto' (Ed. Monóculo), una compilación de sus columnas.

El corazón sistémico

16 de enero de 2024

Mandan las pantallas. Hay gran pantalla (el cine), media pantalla (la tele) y luego millones y millones de pantallitas. El cine ya no es lo que era, pero tiene gran prestigio (ahora mismo es alta cultura), y en España es una secta subvencionada por el Estado en la que nadie, ni siquiera en petit comité, es capaz de decir algo que perjudique al PSOE. Una actriz puede acudir a una manifestación de apoyo a los etarras, pero no es imaginable que acuda a una a favor de la unidad de España (podría ir, pero de incógnito). La media pantalla es la televisión, y pese a lo que digan, influye mucho aun, sobre todo en ciertas generaciones. La televisión en España se divide en dos: la pública y la privada (que también es pública en cierto sentido). La pública se divide en dos: las autonómicas y TVE. Las autonómicas se dividen en dos: las dedicadas a hacer nación (TV3, ETB…) o nacionalidad (el resto), y la dedicada unipersonalmente a Ayuso. TVE se divide en dos: cuando gobierna el PSOE, que sacan a la artista del franquismo Ana Belén diciendo que en la Transición mataba la ultraderecha, y cuando a veces manda el PP, oportunidad en la que dan a la antedicha un programa u homenaje.

Las televisiones privadas se dividen en dos, como duopolio que son: Atresmedia, que a su vez se divide en dos: la de izquierdas (La Sexta) y la de derechas (Antena3, con Vicente Vallés); y Mediaset, que también se divide en dos: la que va después del tres, que es Cuatro, y la que va después del cuatro, que es Telecinco.

Es curiosa esta división en dos de todo: izquierda-derecha, gobierno-oposición, según el principio de sexuación, uno que embaraza y otro que queda embarazado, es decir, un todo hermafrodita PPSOE.

El envés del Régimen es el Sistema y si el Estado era un Leviatán, esto otro ¿qué sería? parece una especie distinta de monstruo, tentacular, translúcido, invertebrado, como un inmenso cefalópodo con múltiples tentáculos (recorridos por ventosas-pantalla), todos iguales, especulares, regenerables, de modo que si uno se corta nace otro igual, como una hidra; algo flexible y dinámico, entre abisal y mitológico, y dotado de inteligencia. Sabemos que los pulpos son inteligentes, y este súper pulpo sistémico opera con una inteligencia innegable. Los pulpos tienen un cerebro múltiple y tres corazones, uno de los cuales, precisamente, recibe el nombre de corazón sistémico.

Igual que Jesulín comparaba la realidad con el toro, el Estado se empezó a mirar, platónicamente, con antropomorfismo. El Estado era como el hombre y debía ordenar sus facultades y poderes igual que se ordenan el apetito, el corazón y la razón (los tres hoy reunidos en Bolaños). Pero quizás este poder junto al poder que está foucaultianamente en todos lados no esté en todos lados, sino que llega a todos lados por una organización que no sabemos ver. Quizás tenga formas distintas, estructuras alienígenas, y debamos observar, para entenderlo, las más raras zoologías.

Fondo newsletter